Un epitafio para Tomás Salvagni

epitafio

Les comparto una nota publicada en Linkedin por Patricio Cavalli, que vale la pena leerla. Aclaro que no conocí a Tomás Salvagni, pero al leer la nota es como que lo conocí, de alguna manera. Genial Patricio, valió la pena. 

“No voy a decir que era amigo de Tomás. “Amigo-amigo”, porque no, no lo era. Era un amigo laboral. Un poco mas que un conocido. Un poco menos que alguien cercano.

Intercambiaba emails cada tanto. Recomendaciones de LinkedIn. Regalos de fin de año. Yo le enviaba año a año una botella de vino, él mandaba una carta y el almanaque de Clarín.

Solía dejar en algún escritorio el almanaque. Pero las cartas me las guardaba. Porque eran de esas que venían manuscritas. Firmadas de puño y letra. La primera que recibí pensé precisamente en eso. En un mundo que se ha vuelto torpe y prepotente, grosero y sin educación, en un ambiente donde “no answer is the new ‘no’ “, alguien de su nivel jerárquico firmaba sus propias cartas. Las escribía y las firmaba.

Conocí a Tomás cuando yo era periodista de Revista Mercado, en un almuerzo. Junto a otros “clarin boys”, que hoy siguen siendo colegas y amigos.

Después, fui su proveedor. Dejé el periodismo y me dediqué al desarrollo de mobile apps. El equipo de Tomás me dio mi primer proyecto (deautos.com). Trabajé mucho con su equipo, y tuve poca relación de trabajo con Tomás, pero cada vez que me lo cruzaba en los pasillos de Agea o en un evento, me preguntaba por lo que estábamos haciendo. Apps Mobile era el tema de esa época. El siempre tenía una opinión -completamente desacertada- del tema. Pero estaba en tema. Y cada tanto revoleaba la frase mortal: “El precio de la innovación que lo pague otro” (Negociador duro, pero no bobo, porque después, lo pagaba Agea, a la que buscaban tener siempre primera en innovación). Tomás, siempre, siempre tenía otra pregunta al terminar cada charla: “¿Y? ¿Te tratan bien en Agea?”

Y la verdad es que sí. Me trataron siempre bien. El mismo trato cuando fui como periodista, cuando fui como proveedor y cuando voy, cada tanto, como amigo.

Y ahora me queda bastante claro de donde venía el rumbo del cardumen. Si la cabeza orienta hacia un lado, el resto de la manada sigue. Si el lobo jefe es educado y optimista y amable, además de un negociador feroz y un trabajador incansable, la jauría es muy, muy similar.

Leo en Clarín que murió a la edad estúpidamente joven de 48 años. “Solo -dice Clarín-, en su auto.” A metros, dicen, de su manada. “Que podría haberlo ayudado”.

Hace unos días, LinkedIn me pidió que le validara algunas credenciales y habilidades. Son éstas, las de la foto de abajo.

Pura casualidad, puro algoritmo metido a hacerte validar credenciales. Pero una casualidad demasiado casual.

Es sabido que cuando muere alguien querido, la primera fase del duelo es la negación. Las personas le hablan al fallecido como si aún estuviera ahí. En las redes sociales, le escriben en su muro en tiempo presente. Como si el muerto pudiera escuchar, y quien sabe, responder. Somos así los humanos. Simples criaturas para nada dispuestas a entender este terrible y atemorizador misterio que nos acompaña desde que respiramos por primera vez.

Y este es el dilema. Si valido las credenciales, quiere decir que estoy en esa etapa. Pero no me corresponde. Yo no quería a Tomás. No tanto como otros. Le tenía aprecio, sí. Buena onda, mucha. Respeto, enorme. Agradecimiento, gigante.

Pero no amor, como para entrar en fase de negación. Como para manifestar esa negación validando credenciales de alguien que ya no está mas. Hay muchas, muchas personas con derecho a negar su partida. Con derecho a hablarle en primera persona del singular, presente perfecto. A validarle credenciales. A negar.Yo no.

Lo único que puedo hacer es mostrar algo de respeto, cariño, empatía y amor por algunos de sus amigos y colegas. Muchos de los cuales son amigos, colegas y ex clientes míos.

Asique voy a validar las putas credenciales.

No valido un perfil de LinkedIn que todavía existe, pero la lógica indica que ya no debería existir. Cuya razón de ser desapareció en un instante, como todo hilo de la vida, exasperantemente débil.

Valido una trayectoria, un sentido colectivo del respeto profesional y sobretodo, una actitud. Tomás me ayudó. Me dió laburo. Nunca pude devolverle el favor. Lo menos que puedo hacer es esto.

No valido su expertise en marketing, estrategia, branding y online advertising. Valido la única skill que no aparece en LinkedIn: “Cuando murió, el mundo se detuvo a su alrededor, y sus amigos se agruparon para llorar.”

A fin de cuentas, ¿qué más hay?

Chau Tomás. Gracias. All we are is ashes and dust. Patricio Cavalli.”

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El dolor no tiene que durar tanto

fabogesic

Una partida, una pareja joven que se distancia, una situación dolorosa, de amores partidos, así empieza este comercial, que termina con un final realmente inesperado. Vean el video.

Simple, creativo, divertido y directo. Así es esta publicidad del analgésico Fabogesic. En un momento, entre tanta interrupción, uno no sabe para dónde saldrá la historia. Y nos termina sorprendiendo. ¿Por qué tiene que durar tanto el dolor? Que se vaya el auto…de una buena vez.

Esta publicidad reivindica que para la creatividad, no se necesitan ni grandes producciones y aplica a todo (o casi todo).

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Una explicación marketinera de porque ganó TRUMP

trump

En realidad, esta nota la tenía escrita antes de las elecciones de ayer. Pero no me animé a escribirla (por el si acaso…no se daba ese resultado…). Hubiera estado bien, ¿no?, haberlo hecho antes, en forma “premonitoria”. Igualmente, en un resultado tan parejo, en definitiva si ganó o no pasa a ser anécdota: lo que hay que analizar es cómo una persona como Trump logra tal grado de adhesión.

¿Por qué? ¿A qué se debe?

¿Por qué ganó Trump?

No me pidan que les dé una explicación política. Estoy muy alejado geográficamente, y además la política es una ciencia que me supera. Tampoco manifesto ningún apoyo a su forma de pensar, que no comparto para nada.

Si, le voy a dar un abordaje “marketinero”. Mirando a la gente, a los consumidores, a lo que mira el marketing: tratar de entender por qué la gente…hace lo que hace.

A mi entender, un personaje como Trump logra este nivel de adhesión, porque siempre ha existido en la gente cierto imán hacia los que se presentan como “distintos” al resto.

Siempre los rebeldes, los distintos, los controversiales, son los que generan en la gente, algo. Desde Elvis, Los Beatles, hasta Che Guevara y muchos otros ejemplos (lejanos y cercanos). Son esos roles, los que nos sacan de la modorra y nos movilizan. Ya por nuestros pagos, un Diego Maradona ha deja do de ser noticia por ser jugador pero sigue en el candelero por mostrarse controversial, contestatario y “rebelde”. Muy discutido, pero odiado y amado a la vez.

Sino, ¿como se explica que siempre haya “villanos” en las películas? ¿Se imaginan a Star Wars sin Darth Vader? Pero aún más ejemplificador: ¿sin Hans Solo?

Entonces ¿qué lección nos deja para el marketing más tradicional, el de las cosas?  El ejemplo de Harley Davidson, por remanido no deja de ser ejemplificador: si hay algo que simbolizan esas motos, son esa sensación indescriptible en viejos burgueses, de sentimiento de rebeldía, de libertad, de controversia y de NO a las cosas formales.  En ejemplos más latinos, la marca Luchetti logró un éxito increíble con su “Mamá Luchetti”, sacando a la mamá de su lugar tradicional y mostrándola descuidada, rebelde y hasta desinteresada de las obligaciones como madre.

En definitiva, un Trump triunfa porque la gente busca “Trumps” como ejemplos identificatorios. Existe morbo en la gente, que busca (en forma solapada o abiertamente) aquello que sale de las normas, que se muestra distinto y que nos saca aunque sea por un rato de la monotonía diaria.

Tu marca: ¿qué tan contestaría es? ¿Cómo seduce al consumidor? ¿Cuánto despierta o emula el grado de rebeldía que se buscan en otros? ¿Qué tan aburrida se presenta?

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El QUÉ y el CÓMO

que-y-como

Todos hablan del QUÉ. “Hay que ser líderes del mercado”. “Hay que crecer en ventas”. “Hay que lograr posicionar nuestra marca”. “Hay que ganar share of wallet”. “Hay que lograr que nuestra marca sea conocida y que sea top of mind”. “Hay que duplicar la cantidad de fans”.

Definir el QUÉ es muy fácil. Hay que entender el grado de ambición y definir objetivos dentro de un marco realista…pero es la parte más fácil.

Sin embargo, dedicamos horas y días en las empresas, definiendo el QUE. Hasta discutiendo y argumentando por mucho tiempo: encontrando dentro de un marco de negociación, cuál es el mejor QUÉ.

Pero lo que realmente importan, NO es el QUÉ. Es el CÓMO.

En el CÓMO está la verdadera discusión. Es el CÓMO el verdadero factor de éxito. Con el qué en mente, el CÓMO nos lleva a hablar de estrategia, de recursos, de acción planificada (y competitiva). Nos implica definir HOY la clave del accionar futuro. Nos lleva a terrenos de dudas, de incertidumbre, de supuestos y de primeros y graduales logros. Nos enfrenta con nuestras fortalezas y debilidades. Nos hace pensar y repensar. Nos hace dudar, nos genera inseguridades y paliativos al fin.

Por lo tanto, dejemos por un lado, la larga discusión sobre el QUÉ, y centremos nuestras energías en el CÓMO. Es en el CÓMO donde, tal vez, encontremos la solución a nuestro negocio.

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Escapate en un BMW

bmw

En el año 2001 BMW sorprendió a todos con una apuesta muy jugada: la creación de 5 cortos (que fueron luego 10) exclusivos para digital. Con producciones de cine y actores (y directores) de primer nivel. Toda la saga fue realmente innovadora, en una época donde aún nos conectábamos a Internet vía Dial Up y que para poder ver una película debíamos esperar horas hasta que se descargara (y YOUTUBE no estaba aún en el horizonte).

Los cortos eran geniales, pero lo novedoso más allá de la inversión millonaria, era la apuesta a un medio creciente y a tomar posición de “generar” contenido desde la mismísima marca, sin intermediarios.

A 15 años de tal evento, y recurriendo al mismo actor – driver (Clive Owens), BMW lanzó un nuevo corto llamado “The Escape” que da tributo a los films originales. Se pueden ver en www.bmwfilsm.com

https://www.youtube.com/watch?v=jzUFCQ-P1Zg

El corto es genial, de acción y sigue la misma línea que los anteriores. No es novedoso ya que no es más original que los anteriores. Pero vale la pena el reconocimiento a esa idea innovadora de hace 15 largos años. Y como siempre, el auto es el protagonista indirecto y que queda bien parado.

Si algunos no vieron la serie original, les comparto el que a mi criterio es el mejor actuado y de suspenso.

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Ni fu ni fa

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El otro día leí una frase que me encantó.

Daba cuenta de un estudio realizado en España a los consumidores, e investigaba sobre el sentir de las personas sobre las marcas. La conclusión del estudio era: “ni fu, ni fa”.

Me pareció una conclusión simple, pero muy directa y compartible.

¿Cómo llegan los consumidores a esta conclusión?

Es que mucho se hable, se declame, se “crea”, se diga que “la marca es de los consumidores”; la verdad es que la marca, puede ser interpretada, evaluada, medida, y analizada, y querida más o menos. Pero la marca es de los dueños de la misma, las empresas, las personas a cargo, sus dueños.

Decir abiertamente que la marca la manejan los consumidores, es de una liviandad mayor. La marca es de las empresas. Y son ellos los que deben hacer todo lo posible, para que la misma gane algo de atención en su gente.

Esta sensación, de descrédito, de apatía, de cierta desconexión, que refleja, el “fu ni fa”, es resultado de que en esa tarea de presentar, seducir, atraer y encantar a los consumidores, estamos lejos.

Tanto en productos como servicios. Las marcas siguen hablando desde su lugar central, endogámico, de dueños de la verdad, subestimando al consumidor y recurriendo a gritos, imperativos, órdenes y comparaciones no tan ciertas. Queriendo “comprar” fidelidad con grandes anuncios, pero fallando en los detalles, en el servicio, en los momentos de la verdad, en las experiencias.

¿Cómo rompemos con la apatía del “ni fu ni fa”? Cuando entendamos que el cliente es un “bien escaso”. Que su atención vale la pena. Que se lo atrae llegando a él, no con órdenes, sino con seducción. Entendiendo que el servicio al cliente y su relación diaria es tan o más importante que la primera compra o contratación.

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En la era de Pokemon, DISNEY

disney

En este sitio nos hemos adelantado tal vez al tiempo, y hemos presentado propuestas de Realidad Aumentada mucho antes que fuera más o menos popular.

Pero Pokemón GO y su sensacional aplicación revolucionó el mercado.

Para estar a la vanguardia y haciendo uso de esta fantástica tecnología, les comparto el uso de la misma para generar una experiencia distinta de verdad en los niños (la acción fue realizada en Singapur). Vean el video.

Una vez más, Disney se enfoca en hacer lo que sabe muy bien: hablarle a los niños desde sus personajes, esta vez con la tecnología de aliado.

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Gracias Mamá

gracias-mama

Este fin de semana es el día de la madre en Argentina, y para conmemorar ese día les comparto la campaña realizada por la empresa P&G para los Juegos Olímpicos de Rio, donde fue sponsor oficial. Vean el video.

https://www.youtube.com/watch?v=ht8UTZ2tVwU

Como verán, no existe ninguna demostración o presencia de producto de la empresa en este spot. Simplemente, lo que quiso es reivindicar con ejemplos reales (obviamente reinterpretados) sobre lo importante del soporte de una madre detrás de un atleta olímpico. Capturando un concepto “Strong”, que en su naturaleza ya tiene una significación distintiva.

Difícil NO emocionarse. ¡Feliz Día¡

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AUDI y el debate presidencial

hillary-vs-trump

Es época de elecciones en USA, y en el medio de los debates, en la tanda la marca AUDI deslumbra con este aviso. Vean el video.

https://www.youtube.com/watch?v=Dir0cOFmrOM

La idea no es nueva, pero si es creativa. El volver la imagen para atrás, sigue siendo un recurso válido. Todo por algo que vale la pena (en este caso un auto, o una presidencia). Todo por poder manejar…esa belleza.

Pero lo más destacado es su contextualización: ubicar casi en un real time, un aviso sólo para un evento puntual (un debate), indica acierto y modernidad, y alto grado del sentido de la oportunidad.

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Un consejo para que te recomienden (año 2015)

Con esta nota “cierro” el resumen de notas anteriores. Claramente es una nota también reflexiva, tal vez las que más me gusta escribir: que combinan una experiencia personal y alguna enseñanza…para compartir.

recomendar

Una de las claves cuando se encara un negocio es poder desarrollar el aspecto comercial. Esto quiere decir en definitiva… tener clientes. Para ello, pensamos y diseñamos distintas estrategias, tanto desde el punto de vista de producto, del servicio, del sistema de distribución, más campañas de comunicación, entre otras cosas.

Ahora bien, ¿cómo se hace en el caso de tratarse de servicios, más específicamente en el caso de negocios unipersonales?

En este rubro, las fórmulas que funcionan para las típicas empresas, no son tan efectivas. Primero, por la limitación de presupuesto. Segundo, porque las acciones tácticas (me abro una cuenta en Facebook, tengo un perfil impecable en Linkedin, desarrollo una página web, reparto folletos, etc.) son necesarias pero no son suficientes.

Es que en este tipo de negocios, son fundamentales el boca a boca y la recomendación.  Cuando uno arma la rueda, se puede ir notando que un conocido llevo a otro conocido, y así se va completando la agenda de clientes a desarrollar y tener. Proceso que lleva tiempo, no es para ansiosos, pero si se es constante y sobre todo buen profesional, se termina alcanzando cierta estabilidad.

Pero, ¿existe algún atajo? ¿Existe alguna forma de que esto se acelere o precipite?

En mi experiencia, la mejor forma o camino para que te recomienden… es RECOMENDANDO. Es decir, si uno quiere ser beneficiado con la recomendación de otro, es importante… que uno también recomiende.

Esta recomendación, tiene que ser una recomendación ACTIVA, no pasiva. Activa significa que, dentro de las posibilidades de uno, ofrecer el servicio de gente de confianza, a clientes, amigos, conocidos. Estar atentos para “Unir puntas”. Pensar la propia propuesta de valor, como una propuesta extendida, donde sumar a otros profesionales para recomendar trabajos.  ¿A quiénes? Obviamente, a gente que se merezca ser “recomendada”, dado que el nombre de uno está en juego.  Todo dentro de un genuino interés por ayudar.

Si esto se logra, tiene un efecto maravilloso. Pero OJO! Puede ser, y pasa muchas veces, que si uno recomienda a alguien para un trabajo, no recibe el agradecimiento ni la devolución esperada. Pero no importa: todo vuelve. Increíblemente, o no, termina siendo uno recomendado para un trabajo, directa o indirectamente.

En definitiva, si queres ser recomendado, recomienda primero.  Es la forma más básica de generar un circuito virtuoso de recomendación y boca a boca.

Nota original:

https://marketingyestrategia.com/un-consejo-para-que-te-recomienden/

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Cuando la vocación NO es todo ( o SI). (año 2013)

Esta nota la destaco por el interés de abordar temas que hacen al marketing y la estrategia, pero también a temas personales o de preguntas existenciales de vida.

vocacion

El otro día hojeando un diario, leo una nota que le hacen a un músico argentino llamadoGillespi  de sobrenombre (su nombre real es Marcelo Rodriguez). Gillespi es un trompetista bastante conocido en Argentina, más allá de su música, por sus incursiones como conductor y humorista. Portador de un humor ácido y bastante carisma, lo cierto es que hace tiempo está instalado en medios como TV y Radio con programas propios y bastante audiencia. Su programa actual de radio se llama Burundanga en Radio Nacional.

En la nota de referencia, el músico anunciaba una serie de conciertos a realizar en otro país y daba detalles de los mismos. En una parte de la nota, el periodista le consulta: “Pero vos haces de todo, ¿Por qué?”. Su respuesta me llamó la atención.

Dijo algo así como “prefiero hacer de todo, que vender mi música. En mi música hago lo que quiero y no transo en nada. Pero para no ponerle presión a mi música, hago todo tipo de otros trabajos. Si quisiera vivir de mi música, debería ceder a cosas que no quiero. De esta forma, la mantengo intacta. Además, las otras cosas que hago, me llevan público a mi música, que no es poco”.

Me hizo acordar hace unos años, en un banco donde trabajé, donde tenía de compañero a una persona cercana a jubilarse, que era un experto en arte. Pero experto “en serio”, es decir un reconocido curador de arte y con fama ganada y reconocimiento. Lo interesante de este caso, que trabajaba en horario completo, en el sector “Giros y Transferencias”. Muy buen empleado, pero sin grandes aspiraciones de desarrollo de carrera. Lo caracterizaba su serenidad y buen trato.  Otro ejemplo de la dualidad como la antes presentada.

Si bien se dice que el mejor trabajo es aquel donde uno puede desarrollar su vocación, NO siempre es así. Y no está mal, ser consciente de eso y vivirlo sin drama. En los casos anteriores, las aguas no estaban mezcladas sino bien separadas. El trabajo es trabajo, es lo que me da de comer. Y punto. Pero mi espacio de satisfacción y logro, pasa por otro lado.

¿Entonces? No existen los caminos únicos ni las fórmulas perfectas. Lo que está más que claro, es que la felicidad puede pasar por encontrar un lugar para desarrollarse a pleno. ¿En el trabajo? Puede ser como no puede llegar a ser en ese lugar. Puede pasar a segundo plano el trabajo diario, sin que eso signifique sacarle responsabilidad a la tarea diaria. Un tema que muchas áreas de recursos humanos deberían considerar y sincerar.

Nota original:

https://marketingyestrategia.com/cuando-la-vocacion-no-es-todo-o-si

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Soy pobre, no tengo Blackberry (año 2012)

Esta nota es aquellas que no se puede creer como las cosas han cambiado…en tan poco tiempo. Hoy la Blackberry es difícil que alguien la tenga o quiera, y hace menos de 4 años, era un objeto de deseo.

blackberry

Hace unos días estaba en la fila  en un aeropuerto esperando para hacer el check-in, cuando escuché como una mujer le decía a otra la frase del título: “Soy pobre, no tengo Blackberry“.

¡Qué frase! Les cuento que la mujer no tenía nada de pobre, pero ella ASI se sentía. ¿Cómo puede ser?

Esta frase me recordó un poco lo que vivimos en el mundo de hoy, donde la gente percibe y se percibe en función de las cosas que tiene o no tiene. Esta escala de su propia percepción y el sentido del tener tienen impacto directo en su visión del mundo y cómo está ubicada la gente según esa mirada.

Esa mujer no es pobre, pero se siente pobre. ¿Qué es lo que importa, la realidad fáctica o lo que ella cree que es? Definitivamente, lo segundo, porque hablamos de sentimientos, y sensaciones. Es tal el impacto que tienen algunas cosas materiales (donde la tecnología es un gran disparador), que la tenencia o no de un determinado bien precipita sentimientos fuertes como los del título.

La pobreza no pasa por tener o no una Blackberry, pero “parece” que sí. En estos casos, es como que se presentan 2 mundos bipolares: lo tenes o no lo tenes. Si lo tenes, estás cómodo y confiado. Si no lo tenes, te falta algo, tenes angustia o ansiedad, o sentimiento de exclusión, de estar fuera, de no ser parte, de ser distinto o menos. O como dijo la mujer, de ser pobre.

El marketing tiene mucho que ver con esto. Marketing trabaja para despertar sensaciones en la gente, sensaciones de vacío, de baja autoestima, de interés, de deseo por estar “en el otro lado”. Sin embargo, es importante también entender que la tenencia (o no) de cosas, no nos vuelve más o menos pobres o ricos, aunque asi pareciera. La verdadera riqueza o pobreza pasa (o debería pasar) por otro lado.

Nota Original:

https://marketingyestrategia.com/soy-pobre-no-tengo-blackberry/

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Pricing en Santo Domingo (año 2009)

Rescato esta nota, porque fue la primera  donde compartí en primera persona una experiencia personal y algún que otro concepto.

santo-domingo

La semana pasada tuve la oportunidad de pasar una semana en Santo Domingo, y me gustaría compartir algunas vivencias relacionadas con el tema “pricing”.

La primera situación fue cuando hicimos el city tour a la ciudad vieja. Contratamos un guía, y en un momento, como es típico en estas excursiones… nos “deja” en un local para que “veamos si queremos comprar algo, sin compromiso. Vimos un cuadro original muy chiquito, y nos gustó. El precio decía $ 2,200 pesos dominicanos (algo así como $250 pesos argentinos). Sabíamos que en el país, se regatea, con lo cual, pedimos un mejor precio. Sin dudar, nos ofrecieron el mejor precio: $1,000. Nos pareció caro, y dijimos que no. Luego de algunas idas y vueltas, ofrezco $500, pero no aceptaron. Ya nos íbamos, y en la puerta nos llaman, y nos dicen “OK”: compramos el cuadro con una rebaja del 77% sobre el valor original.

Contentos, seguimos rumbo, y la sorpresa fue encontrar cuadros similares (no iguales, dado que son originales) en la calle, ofertados a $350 …

Segunda situación: se acerca un vendedor en la playa. Nos ofrece una remera tradicional a US$ 12, como gran oferta. Después de negociar, terminamos comprando 2 remeras, por US$ 10.

Tercera situación: los taxis. Como muchos países, no tienen taxímetro, con lo cual el precio es libre. Si bien existe un precio de mercado ya establecido, todo sigue siendo discrecional.  Esto te lleva a que algunos taxistas te quieran cobrar el doble que otros, simplemente por verte extranjeros.

¡Qué tema el pricing en Santo Domingo! Uno se encuentra con un grado de incertidumbre tal, que uno nunca sabe a ciencia cierta, si lo que le ofrecen es caro, barato o promedio. Si está haciendo un buen negocio o está siendo “estafado”. El ejercicio del regateo es estresante y frustrante, y te obliga a negociar y entablar un diálogo de “lucha de poderes”. Pero por otra parte es muy tradicional, y sin dudar, tiene algún encanto, y algunas personas lo disfrutan.

¿Quién se beneficia finalmente con esta manera de “formar” precios? Definitivamente, el comerciante, y no el cliente. Es el comerciante el que tiene la mayor información, y la hace valer. Esta forma de preciar, lo que hace es evitar transparentizar el precio real, ya que éste le queda siempre al comerciante. Es él, el que conoce los márgenes, hasta donde ceder y negociar, y hasta donde no. Como los precios están “inflados” desde el principio, al comenzar a “bajar”, el cliente siente que comienza a ganar algo … aunque no sea una ganancia real, si lo es percibida.

Nota original:

https://marketingyestrategia.com/pricing-en-santo-domingo/

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¡500 artículos publicados!

500

Sí, increíble o no, pero llegamos a los 500 artículos publicados. La verdad que es un logro que me encanta compartir con orgullo, porque si bien nunca lo viví como un esfuerzo (me encanta hacerlo), si el hecho de escribir todas las semanas es una tarea que requiere constancia, y más pretendiendo (con mayores y menores aciertos) que lo que se escriba agregue valor y sea interesante.

Como modo de “festejo”, en los próximos envíos recordaré algunos artículos que se han destacado, ya sea por contenido, repercusión o por alguna otra razón especial.

Quisiera agradecer a los que me leen todas las semanas, a los que me escriben y me comparten sus opiniones.  Muchas Gracias.

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Vértigo y Lucidez

Vertigo

En un mundo difícil como hoy, donde la competencia manda, los cambios son constantes y uno no puede quedarse quieto … nunca, lo que se pide a gritos desde las altas esferas es que la gente que comanda empresas, gerencias, negocios, unidades, productos, muestre proactividad, muestre resultados, muestre accionar. Todo en un ritmo alto, demandante, 24 hs casi, sin respirar, sin parar, casi a mil. ¡Vértigo puro!

¿Alcanza?

Hace unas semanas, luego de un partido de la selección argentina de básquet el gran Manú Ginobili hacía esta gran reflexión.

¿De qué sirve vértigo sin LUCIDEZ?

El ejemplo deportivo es genial. Los partidos no se ganan con ganas, voluntad…solamente. Es necesario que también se ponga “cabeza”, foco, visión, entendimiento. En definitiva, no solo ir a mil, sino elegir bien por dónde ir, por donde NO ir, por dónde empezar, donde estar y no estar, como cuando y donde. Sumar claridad a la embestida, sumar guía y un GPS a esta maratón que a veces parece una carrera de 200 metros llanos.

En definitiva, el juego de las empresas no dejan de ser partidos de 90 minutos, donde no sirve gastar las energías en los primeros minutos, y que tal vez como en muchos deportes, los partidos los ganan no sólo los que corren más, sino los que juegan mejor.

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La historia del carpintero continúa

Carpintero

¿Se acuerdan del post de hace unas semanas sobre el carpintero y el feedback? Pues bien, la historia continúa: el carpintero dejó el trabajo sin terminar.

No le faltaba mucho, pero si le faltaban las famosas terminaciones y algunas otras partes. El tema es, como parte de la devolución que le di, es que su trabajo estuvo mal calculado y se extendió en el tiempo. Es por eso que, a pesar que no se había terminado de pagar el trabajo (la verdad faltaba un pago mínimo), el carpintero no volvió a aparecer.

La primera reacción que a uno le puede surgir al leer esto, es ensañarse con el carpintero y solidarizarse conmigo, ¿verdad? ¡Cómo que no cumplió! ¡Cómo puede ser que no se cumpla con la palabra! ¡No sé puede confiar en nadie!

Todas palabras muy ciertas, y todo es verdad. Pero creo que hay que ponerlo en contexto.

Al hablar con él, sobre cuando y como terminar el trabajo pendiente, me dijo “Tengo que pagar el alquiler. Empecé un nuevo trabajo en otro lado”. Es decir, más allá la mala o buena voluntad de completar el trabajo en casa, su mirada y foco estaba puesto en el próximo trabajo y el ingreso que le generaría. No, en el trabajo casi terminado y sobretodo casi todo cobrado.

Esta situación la conecté con una charla que escuché del filósofo Darío Sztajnszrajber en la radio. El tema eran los valores, y Sztajnszrajber decía que los valores nunca son eternos y definitivos, que son variables. Y que cuanta más precaria la vida, más difícil de sostener valores “éticos y morales”. Ponía el ejemplo de una persona que tiene hambre y sin recursos, es difícil que pueda “sostener” un valor como la honestidad cuando lo básico está en juego.

Si bien no creo que sean ejemplos exactamente iguales, pero en el fondo la lección es la misma. Me di cuenta que en el caso del carpintero, sería demasiado simplista castigarlo y evaluarlo por su falta de valores o su mal accionar, sino lo ponemos en el contexto de su situación y forma de pensar. Si no tenes dinero y sí un alquiler por pagar, por ejemplo, es seguramente difícil dejar pasar un trabajo nuevo para priorizar uno viejo.

Sin compartir la forma de proceder, se puede entender que los valores son difíciles de sostener en situaciones extremas.  Y en lugar de enojarme con el carpintero, tal vez podría iniciar el difícil camino de la comprensión.

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Feedback. Devolución de Ustedes

feedback SI

Luego del posteo, he recibido un montón de comentarios, opiniones y pareceres. Esa era la idea, y muchas gracias a los que respondieron. No les comparto todas las respuestas, porque son muchas y algunas muy largas, y me daría pena recortarles lo que expresaron.

Pero sí les comparto un par de conclusiones que puedo rescatar de lo que me enviaron, a modo de síntesis.

. No es un tema fácil, no existe un único acuerdo y menos algo que se pueda llamar como “CIERTO”.

. Depende mucho de la receptividad del que escucha, es decir un feedback sin que el otro acepte algo, no sirve

. La receptividad es la clave, y existen algunos factores que permitan esto:

La relación que exista entre esas dos personas. Si es cercana y fluye, mejora el feedback

El respeto que exista entre ambos. Especialmente si es de un superior, si se lo respeta se acepta más

El feeback es mejor cuando es continuo. Si es por ejemplo anual y solo se habla una vez por año no es tan productivo

Las formas: siempre ayuda que se de en un ámbito adecuado. Ciertas habilidades de como “hablar” puede sumar a la aceptación

Por último, un comentario también interesante que me compartieron es que el ejercicio de feedback no puede aislarse del contexto, de la sociedad y del comportamiento moderno de la gente. Donde cada vez más se responsabiliza al otro de los males, lo que un psicólogo llamaría “mecanismo de funcionamiento proyectivo“. La culpa es del otro, nunca es mía. Y en el caso del feedback funciona para las dos partes: el que da feedback, porque no admite nada y la culpa es del otro. Y el que recibe, entiende que nada es su responsabilidad, todo es del otro u otros.

En definitiva, un tema complejo y que no termina acá. Gracias al aporte de todos, que han hecho de este post un post distinto, colaborativo, mucho más completo y enriquecedor.

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Feedback. No, gracias

No feedback

En los últimos meses estuve haciendo algunos arreglos en mi casa, y contraté a un carpintero, que no tuvo el comportamiento que habíamos hablado. Ausencias, faltas, tener que estar demasiado encima en detalle, etc. Cosas que suelen suceder cuando contratas trabajos.

A la hora de abonarle y cancelar el trabajo, me senté con él, con la idea de darle “feedback”. Repasé con él lo que habíamos convenido, y lo que había faltado y compartido punto por punto lo que no había resultado. Un feedback completo, sincero, con ganas de construir y aportar.

¿El resultado? Sentí que hablaba y que al otro le entraba por un oído y le salía por el otro. No sé si esperaba mucho, pero sí que por lo menos tuviéramos algún acuerdo y alguna aceptación del otro. NO LO LOGRE. Solo me encontré con una persona que se puso a la defensiva, que no admitió nada, y que la culpa no fue nunca de él, sino de factores externos. Cero admisión.

Esta situación… ¿no le es familiar? ¿No es algo que se ve mucho en el mundo corporativo de las empresas? Las organizaciones empujan, fomentan y estimulan el constante feedback. Ahora bien ¿sirve?

Tenía un jefe hace muchos años que siempre decía: “el feedback es un regalo”. Y un cliente reciente que siempre dice: “la gente no cambia”.

¿Dónde está entonces “la verdad”? ¿Sirve de algo dar un feedback sincero a los grupos y empleados? ¿De qué depende?

Esta vez, no voy a cerrar con una opinión propia, sino que escucho sugerencias u opiniones de quienes me quieran aportar al tema.

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Crema para el sol y los niños

Nivea Doll

Se viene el día del niño. ¿Qué regalarle a los chicos?

Mis chicos cada vez que les tenemos que poner crema para el sol, salen corriendo, se esconden, protestan, y se quejan.

La marca NIVEA nos hace un gran favor con esta excelente campaña de activación.

¿Les gustó? Otra excelente campaña de la marca, pensando en su target y con soluciones “por fuera” de su producto base.

¡Feliz Día del Niño!

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Fracasar … ¿es humano?99

Fracaso

Hace poco vimos y sufrimos como un último error, puede decidir un ganador o un perdedor de todo un proceso: me refiero a la Copa América y su fatídica definición por penales.  A eso sobreviene la crítica despiadada, y el mote de “fracaso”.

Ahora bien, ¿y en el mundo corporativo? ¿Cuál es la tolerancia al fracaso? ¿Cuánto se acepta? ¿Cuánto se permite? ¿Cuánto se admite, y cuanto se privilegia y se fomenta?

Creo que en este paso de “sincerar” cosas, hay que clasificar primero y mejor, que entendemos por fracaso.  Porque no todos los fracasos son iguales.

Está el fracaso llamémoslo “heroico”. El que viene de la mano del empuje, de la búsqueda de oportunidades, del “hacer”. Es el fracaso porque se toman riesgos, el que sale del confort para caminar por senderos menos ciertos.

Y está el fracaso por el error doméstico. El de la impericia. El error que viene del descuido, de la no planificación o del azar.

Ambos fracasos son distintos, pero tienen en común el resultado negativo. El no haber logrado lo que se pretendía, el haber fallado, el no alcanzar objetivos. Ambos también tienen aprendizajes, a veces, pero a veces no; muchas veces, no nos dejan mucho.

Dicho esto, y conociendo la clasificación, ¿cómo funciona el mundo corporativo? ¿Cómo tolera ambos fracasos?

Una primera lectura sería decir que se tiende a castigar más el segundo, el fracaso resultante de un error humano que proviene por ejemplo del descuido, y tolerar más el primero, que viene de un riesgo real, pero más cuidado y “avisado”.

Pero en mi visión, ambos fracasos son…fracasos. Y que en el mundo corporativo la tolerancia es poca, y muy injusta, para ambos casos.  Pero aun tolerando, es poco lo que se reflexiona como positivo cuando pasa. Tal vez son ejercicios mentales posteriores, pero poco en “real time”.

En definitiva, estamos entonces ante una situación bastante hipócrita. Se dice darle bienvenida al riesgo, pero no al fracaso si sucede. Y más cuando el mismo sucede por factores claramente humanos. Aún a pesar que se pondere el estimularlo. El fracaso nunca se le da bienvenida, solo se sufre.

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