¡Para el gerente, la reelección!
Los políticos ganan elecciones, y luego de una gestión adecuada, siempre buscan su reelección (siempre y cuando la ley lo permita). En ese tiempo, y a pesar de lo bueno que hagan, existe casi siempre un desgaste natural, que les hace perder consenso y bajar las chances de lograr su reelección. A lo que se suma la competencia interna: otros políticos del mismo partido o movimiento que compiten también por el mismo puesto.
¿Pasa lo mismo en las empresas?
Los puestos gerenciales no son para siempre. Si bien conocemos ejemplos de gente que estuvo años en puestos altos gerenciales, los hay los que vienen y van muy rápido también.
Pero en todos los casos, existe un desgaste natural, donde la gente que sigue al gerente, entiende muchas veces y antes que nadie, que el período ya pasó, y se deben venir tiempos nuevos. A eso se suman las camadas nuevas de potenciales gerentes que piden pista… y las vicisitudes del mercado que llevan a situaciones críticas y novedades en el modelo de negocios, que hacen replantear las estrategias del a veces gerente más exitoso.
Puede ser un camino sabio para un gerente, entender que su puesto es muchas veces algo que hay que revalidar, como lo hacen los políticos al buscar su reelección. Así como existen los manuales de los 90 primeros días para los nuevos gerentes, estaría bueno pensar, luego de un período de tiempo interesante, que es el momento de revalidar los títulos y salir a buscar la reelección.
Volver a buscar el consenso, la validación, el ok de la gente de la empresa (con una mirada 360°, porque en esto de la reelección incluyo a directores y dueños …) y ver que giros, que cambios, que formas nuevas o adaptaciones debo hacer para ganar la reelección. Obligarme a volver a las bases, a la escucha llana, a la seducción nata y al contacto cuerpo a cuerpo, saliendo de la pecera de cristal y logrando revertir por un lado el desgaste, y por el otro reconstruyendo los puentes gastados y retomando las riendas para un nuevo mandato.
De esta manera, si nos pensamos como políticos con mandato finito y necesidad de validar cargos en forma periódica, seguramente seremos gerentes más despiertos y humildes, más atentos y más terrenales, con mejor llegada y una postura hacia la gente más “política” (pero desde el buen sentido de esta palabra tan gastada). Si lo hacemos seguramente las chances de la reelección serán suficientemente altas, y podremos sentir el clamor popular: “borombón, borombón, para el gerente, la reelección”.