El evento Super Bowl es el lugar preferido de las marcas, especialmente las americanas pero con presencia global en su mayoría. Pero en esta última edición…sorprendió el siguiente aviso:
Ecuador hizo una apuesta fuerte para hacer conocer y posicionar al país como un destino turístico privilegiado. Apuntando específicamente al mercado americano, la inversión (que no es poca) buscó comunicarse con un público target bajo la campaña “All you need is Love“ que parte de ser un claim en inglés.
Dos cosas más sorprenden: el país, que tiene un su gobierno una orientación ideológica muy clara, no tiene pruritos en estar en el evento americano tal vez más “yanqui” que exista. Y segundo, la visión genial de ser el primer país en haberlo hecho…y el resto de los países…¿dónde estaban? ¿cómo no vieron la oportunidad?
Felicitaciones entonces por la audacia y la apuesta realizada. Espero que les dé los frutos esperados. La repercusión lograda es ya una certeza de su acierto.
Los avisos del Super Bowl 2015 no dejaron muchas sorpresas, diría que fueron más de lo mismo: confirmaron que la inversión sigue siendo altísima, que las empresas americanas siguen apostando por este evento y que el público acompaña con grandes picos de audiencia.
Dentro del arsenal de avisos que se emiten, vamos a destacar los dos que fueron los que más repercusión tuvieron, ambos por motivos totalmente distintos.
El primer caso es de la aseguradora Nationwide, que apostó por un aviso muy fuerte, protagonizado por un niño y que con un mensaje muy jugado. Vean el video
El segundo caso es todo lo opuesto. Una vez más Budweisser apostó por los caballos, los perros y la ternura. Vean también el video.
¿Cuál fue el impacto de ambos? El primero generó un rechazo generalizado en la audiencia, tildándolo de “deprimente”, y cosechando una percepción muy negativa (como evidencia pueden ver la calificación que le han dado en Youtube). El segundo por el contrario volvió a ser el elegido de la gente, con mayor cantidad de comentarios positivos y repercusiones.
Si bien no existen certezas en el marketing, en este caso podemos remarcar que claramente la gente nos marca con su opinión que es lo que quieren ver y que es lo que aprecian.Existe alto rechazo a todo lo relacionado con la muerte (y más en jóvenes y niños), aún con la sana intención de prevenir. Y recibe con agrado las historias simples, con mascotas y escenarios tiernos, que aunque algo “lavadas” y trilladas, siguen siendo las preferidas.
El verano siempre surge como una gran oportunidad. ¿Por qué? De pronto ciertos lugares con poca gente en el resto del año, en forma puntual y por unos meses se “llenan” de gente: es decir una suma grande de gente de vacaciones con espíritu relajado y billetera suelta. Eso es sinónimo de demanda (gran demanda). Eso es sinónimo de oportunidad, de hacer buenos negocios. Casi sin riesgos.
Históricamente muchos personas iniciaban emprendimientos con vistas a aprovechar esta oportunidad casi de oro.
Ahora bien, lo que en la teoría se presenta como una oportunidad, no siempre lo es. Es importante entender que esta oportunidad tiene ciertas características que hacen que su riesgo sea mayor al que se le cree inicialmente.
Si bien es cierto que la gente está más propensa a gastar, lo hace sí en cosas que le son necesarias para vivir o que no encuentra en su lugar de origen. Pero no en forma desmedida. Y también más fraccionada.
Así como la demanda es mayor, la competencia también lo es. En ese sentido, no se está solo en esta búsqueda de oportunidades, con lo cual puede pasar encontrarse con un nivel competitivo demasiado grande.
En esa competencia, puede haber emprendedores como uno, como también empresas grandes que “apuestan” al verano, no con búsqueda de hacerse el verano sino simplemente con estar “presentes” sin búsqueda de una ganancia extrema.
Por último, los “locadores” de los lugares del verano también buscan hacerse de un gran negocio, pidiendo rentas altas y a valores muy grandes.
De esta forma, los negocios de verano dejan de ser oportunidades tan “claras”, para ser operaciones de riesgo, con altas chances de no salir bien.
Por eso, el negocio del verano ha mudado, y entiendo que antes de emprenderlo es importante considerar los siguientes puntos:
Es difícil recuperar la inversión que se haga en el periodo de un solo verano. Cualquier emprendimiento debe mirarse no como de sólo un verano, sino buscar una proyección de más largo plazo en su recupero de la inversión.
Bajar las expectativas con relación a la demanda real captable, muchas veces los supuestos son demasiado optimistas que llevan a dolores de cabeza
Contar con el capital necesario para emprenderlo sabiendo que, dada la competencia, la apuesta es cada vez más alta en términos de inversión.
Buscar rubros que se destaquen y que permitan captar la demanda distinta del verano y con una propuesta acorde al verano
Entender si existen posibilidades de extender el negocio más allá del verano, con una continuidad en los meses de invierno aunque sea mínima
Y por último, si es la primera vez, contar con el asesoramiento necesario de gente que haya pasado por la misma experiencia.
Las historias son un gran recurso en el marketing, para llamar la atención y hacerle pasar a los consumidores un rato agradable (y así establecer lazos y hacer branding).
Las mejores historias son aquellas que tienen un buen guión, actores adecuados, un buen arte y una conexión final con el consumidor.
Pero, por sobretodo, tienen que tener “alguna” relación o vínculo con el producto o servicio que estamos brindando y comunicando. La conexión puede ser grande o sutil, pero debe existir.
Veamos este primer ejemplo de Coca Cola Life. Un producto nuevo y algo cuestionado.
La producción es impecable, la música es un gran factor y claramente la historia está bien desarrollada. Pero, ¿cómo se integra el producto en la historia?No existe una genuina conexión, más allá de que el comercial está bien logrado. Así como se bebe un refresco, podría comerse una pizza o tomar un mate. O usar su celular para avisarle a su mejor amigo.
Veamos este otro ejemplo de Promart (supermercado peruano)
También es una historia familiar (un padre y su hija). También es una historia que apela a la emoción, pero con otros recursos. Pero en este caso sí existe una conexión con la marca. Sutil, pero existe.
En definitiva, las historias son un gran recurso en el mundo del content marketing de hoy. Pero no hay que olvidar que detrás, hay una marca, producto o servicio que pide ser tenido en cuenta y conectado con lo que se cuenta.
Mis hijos cuando quieren algo y no se lo damos, se enojan, patalean, hasta hacen berrinches. En definitiva, actúan así cuando no se les dá lo que quieren, reacción así ante el límite.
¿Existe el capricho también en el mundo corporativo?Sí, y hasta se expresa parecido.
Se da cuando se quiere imponer una idea o un concepto donde no existe consenso, pero igual se pretende que el mismo prevalezca. En esa búsqueda de la imposición, existen varias formas de lograrlo. Una de ellas, es la imposición por capricho. Como lo presenté al inicio, el capricho remite a la infancia, y en la adultez surge también cuando no se hace lo que uno quiere, cuando no puedo imponer en el otro la forma en que yo quiero que las cosas sucedan o se hagan. ¿Y cómo reacciono? Con un capricho.
Es una reacción infantil, pero que en los adultos puede desnudar grandes miserias. Porque la imposición por capricho tiene recursos mezquinos para su pretendida imposición. La más común es marcar el error en el otro, desnudando siempre la “falta” en el prójimo.
Sigo buscando imponerme en el otro, pero no esta vez a través del consenso, sino desde la descalificación. Situación que se “ventila” nunca directamente, sino a través de canales informales, aunque el “otro” lo termine conociendo siempre. Se entera obviamente y empieza el descontento mutuo, una espiral negativa difícil de desandar.
En síntesis, como no logro convencerte, igual caprichosamente quiero imponerme. Y lo hago desacreditando al prójimo.
¿Adónde te lleva el capricho corporativo? A ningún lado, o a ningún lado positivo.
La clave entonces es tratar de frenar el impulso natural de la descalificación como forma de imposición. No construye, sólo destruye. Así cuando chicos, en algún momento dejamos de lado el capricho como método, así de adultos hay que utilizar otros medios para hacernos valer e imponer nuestras posiciones ante la adversidad.
El otro día tuve que ir a firmar una documentación por única vez a una concesionaria. Llegué 10 minutos más tarde del horario de atención. Al principio no me querían atender, pero luego y no sin algo de reclamo, finalmente me atendieron. La recepcionista esgrimió en su momento la fulminante frase: “¿Si fuera a un banco lo dejarían pasar?”. Seguramente no.
Pero el tema no es si llegar temprano o a horario. Lo que se está dando en algunos casos, es que previendo aquellos que llegan “sobre la hora”; algunos lugares tienen la sana costumbre de decidir dejar de atender o dejar de dar números….antes de la hora de cierre.
Vean este ejemplo que me llega desde Paraguay (gracias Hugo Lafuente) quién me compartió este caso y tiene un desenlace algo sorprendente.
El caso se viralizó en forma importante en el país. Parece extremo, pero al cliente (que llegó antes) lo querían sacar por la fuerza. ¿Qué mal había hecho? Ninguno. Sólo defender su derecho a ser atendido durante el horario previsto.
Parece un caso extremo, casi ridículo o bizarro. Pero… ¿lo es? ¿Cuántas veces las reglas irracionales han pasado por encima de la realidad de sentirse CLIENTE? Este caso está filmado, pero seguramente son más los casos que existen y quedan olvidados y sin documentar.
Happy New Year 2015 From Snow With SnowmanDespedimos el año con publicidades que luego de verlas, seguramente nos preguntaremos… “¿qué quisieron decir?” o peor “¿qué pasa por la cabeza de los creativos que las crearon?”.
Sin mucho para explicar, les comparto entonces estos videos y espero que no se sientan fuera del mundo de la creatividad.
Como es ya tradición, una vez más desde Marketing y Estrategia les deseamos un saludo para estas fiestas.
Esta vez, compartiéndoles un video de la tienda británica John Lewis, que año a año nos regala para esta época sus avisos célebres. En este caso, con una introducción personal: cuando era chico, mi papá en un viaje me trajo un pingüino embalsamado (algo ecológicamente inviable hoy, pero parece que en esa época era más aceptable como muchas otras cosas) que se convirtió inmediatamente en mi muñeco preferido: lo llamaba “pata” y lo llevaba a todos lados. Me acompañó mucho tiempo dejando sus plumas en todos lados, hasta que pobrecito lo tuve que dejar.
Hay muchas campañas de Navidad, pero pocas que se destacan por su creatividad y verdadera emoción. Los invito a NO emocionarse con esta campaña realizada por la empresa Ikea en España.
Ya sé, me dirán que es golpe bajo, que apela a los niños, que es sensibilera, etc. Pero por otro lado, si moviliza es porque refleja algún insight de la clase media/media alta de muchos países. Y proveniendo de una empresa que promueve el consumo, también es llamativo y plausible.
Todos los años las distintas cadenas en el mundo realizan sus cortos recordando el momento navideño. Este año, la cadena inglesa Sainsbury sorprendió con un video de gran producción, rememorando una Navidad durante la primera Guerra Mundial, donde alguna evidencia histórica le da un marco de veradicidad a la historia contada.
El video es muy interesante y bien logrado. Un éxito en Internet con más de 14 millones de visitas. Pero cuando lo vi, me dije: “yo esta historia ya la vi”. Es que el gran Paul McCartney produjo para su canción “Pipes of Peace” un video cuya similitud es más que evidente. La canción fue un éxito y lideró los charts europeos en la Navidad de 1983.
¿Coincidencia? ¿O puro plagio? La realidad es que son muy similares. Pero las generaciones se renuevan o la gente se olvida. ¡Felicidades!
Que si uno quiere algo, lo logra. Que con proponerse las cosas, las cosas pasan. U otra frase que pulula también: “si sucede conviene”.
Si, es cierto que el querer es el motor, es el fuego, es el gran motivador, que muchas cosas pasen. Pero es muy lejano a pretender que queriendo se puede.
Poder es más que simple querer. Poder pone en juego una cantidad grande de variables que se conjugan para que las cosas pasen. El querer es importante, pero el poder no lo llena el solo sentimiento de intentarlo.
Es muy importante soñar, y ambicionar. Es el deseo el gran impulsor de las cosas y que lleva a las personas a conocer y atravesar límites. Es decir, está bien desafiar el status quo y ponerse a prueba para poder alcanzar lo que a veces parece imposible. Pero un dejo de realismo hace en realidad que las cosas sucedan.
Es también parte del querer, entender que se podrá poder si se conoce bien la situación. Si estamos realmente capacitados para la tarea, si estamos dispuestos a los sacrificios que la misión significa, pero por sobretodo, los riesgos. Puede pasar que el querer no se alcance por no poder, y eso tiene lamentablemente altas chances de ocurrencia siempre, y hay que estar preparados.
Es entonces, una mezcla de pasiones y razones lo que gobierna el hacer. Las pasiones, el querer, para empezar, soñar, arrancar y llevarte a niveles a veces impensados. Pero son las razones, las que las pone en contexto, le pone orden al emprendimiento, y sobre todo, permiten conocer las propias limitaciones. Porque hace falta fuerza para enfrentar los problemas, obstáculos y desafíos que todo camino presenta.
En definitiva, querer no es poder. Y saberlo, es el mejor consejo, es la llave que abre el camino para que el querer sí permita poder.
Bullying es algo serio, y requiere atención. Me ha tocado conocer un caso de un amigo, cuya sobrina fue víctima de este acoso, y la historia me mostró miserias fuertes, incluyendo la inacción de las autoridades escolares.
En la búsqueda de concientizar sobre el tema, les comparto la pieza creada por Del Campo Saatchi Saatchi para el cliente VH1, tratando el tema. Vean el video.
Este corto ha despertado alguna controversia.
A su favor, se encuentra la excelencia artística del film, la gran actuación, el buen casting, y el estilo “Glee” del video con la canción de fondo “I will survive” de Gloria Gaynor, un hallazgo y que le da título al corto.
En su contra, en mi opinión el mensaje final propone lo que por un lado critica. Es que la posibilidad de una eventual revancha futura del damnificado, no es suficiente argumento para que el que hoy hace bullying deje de hacerlo. Además, es proponer una idea de “golpe x golpe”, que es tan nefasta como el propio daño inicial. Además, y no es menor, los nerds, pueden ser futuros jefes…pero los bullies también…
En definitiva, y para que no suene tan crítico, lo plausible finalmente es poner en el candelero un problema serio. El abordaje tal vez no fue del todo feliz, pero tampoco lo es el problema.
Un problema social que requiere atención y muchas más campañas de concientización.
Hace un tiempo no lejano, invite a un colega a que tengamos una charla, tomar un café. Quería compartirle personalmente una idea. Al principio me dijo que sí, pero luego me pidió que se la adelantara por mail, a lo que me negué. El prefirió no reunirse. Yo preferí no insistir.
La curiosidad dicen que mata, pero en los negocios creo que nunca.
Nunca digo que no, por lo menos en las primeras instancias. Nunca descarto una charla con un colega o potencial cliente. Nunca se sabe que puede resultar de la misma.
Es cierto que a veces puede ser una pérdida de tiempo. En los inicios de mi carrera, una vez me llamaron para una entrevista para una posición donde ya al entrar me di cuenta que no iba a prosperar. Es más, el entrevistador terminó preguntándome él a mi si me podía alcanzar su CV, si en la empresa donde trabajaba estaban tomando gente. Fue raro, pero diría que igual valió la pena. Recuerdo también otra que fui con muy pocas ganas y expectativas, dado que entendí que la posición era muy senior para mí… y termine contratado.
Es muy soberbio y hasta prejuicioso filtrar demasiado. Nuestro tiempo vale y es cierto. Pero nunca sabes que puede resultar, adonde puede terminar derivando la oportunidad.
Por eso, y antes de decir que no, pensémoslo dos veces. Puede ser una pérdida de tiempo, o puede ser la oportunidad de nuestras vidas. El tema es que si lo es o no, se sabe después, a veces mucho después. Démosle rienda suelta a nuestra curiosidad, si total no mata. En serio.
En los años 80 existió una serie que se llamaba “Who´s the boss?” (“¿Quién es el jefe?” se la llamó por nuestros pagos) que trataba el tema de un hogar donde la mujer trabajaba y las tareas domésticas las realizaba un hombre contratado para tal fin. Ambos competían por ser la autoridad de la casa, hasta que el amor terminó triunfando entre ellos.
Esa disputa de poder fue algo nuevo para la época y el tema una tendencia interesante, tratado con mucho humor. De hecho la serie fue un éxito y triunfó mundialmente, y duró 8 temporadas.
Pero esa tensión puede existir en otros ámbitos. Vean este video de la marca Airtel en India.
Este corto presenta una nueva relación: jefe o jefe en la casa y también en el trabajo. Está claro quién es el jefe en el trabajo, pero ¿quién es en el hogar? Ella se muestra muy firme en el inicio (hasta obligando a su esposo a trabajar horas extras), pero afloja en el final, hasta mostrándose tiernamente débil y necesitada.
¿Es sólo una anécdota? ¿O una tendencia? Si fuera en la vida real, ¿cuantas parejas tolerarían al otro como jefe? (tema que se da y mucho en las empresas familiares). Y ¿cuántos hombres soportarían a sus esposas como jefas, y aún en circunstancias como la del video?
Sin ir al extremo del video, se pueden ver muchos casos de mujeres que ganan más que sus parejas, que trabajan más horas, etc.
Claramente, son situaciones nuevas, que nuestra sociedad está aceptando y tomando como más reales. Hasta en las publicidades.
Es un excelente ejemplo del Internet de las cosas. Le agrega “vida” a las valijas que se suelen perder… y además trae algunos otros features muy de avanzada.
Ahora… ¿dónde lo puedo comprar? En ningún lado. Este producto NO EXISTE AUN.
Es una idea, un proyecto muy avanzado. El video es parte de una campaña que busca “recolectar” inversores y compradores futuros. Quienes, seducidos por esta idea, apuestan a que pase, y por eso adelantan su dinero para que los emprendedores lo hagan posible.
¿En dónde?
Plataformas como Indiegogo (www.indiegogo.com) permiten que estas cosas pasen. Conectan gente interesada en invertir en proyectos, con emprendedores con proyectos en desarrollo. Es muy interesante ver en que otras opciones se puede invertir en esta plataforma: mucha tecnología, pero también el lanzamiento de un disco, o la financiación de una película y hasta proyectos benéficos.
Cierra el 24 de noviembre, y hasta ahora ya ha recolectado US$ 580,000 dólares (tenían una meta de ¡US$ 50,000!).
¿Cómo se contribuye al proyecto? Con un US$ 1 dólar simbólico, o comprando T shirts, o comprando los primeros productos que salgan al mercado. Pero apúrense…porque algunos ya están agotados…sólo quedan las versiones más caras.
¿Cuándo prometen que esté disponible? En Julio del 2015. Todavía están a tiempo (hasta noviembre).
El rumor en las oficinas existió siempre. El famoso “radio pasillo”, o el que los americanos llaman “water cooler talk”. Esa conversación casual que se dan en ámbitos informales, y que genera una vía paralela de información en las empresas. Que tiene el crédito de su espontaneidad y la desventaja de no correr por los canales expuestos, y de esta forma no poder ser visto o chequado por las estructuras formales de las organizaciones.
Las empresas son conscientes de esta red informal, y hacen lo que pueden. En general, generando mucha más información formal y más canales. El espacio que no ocupa la información corporativa, la informal la ocupa. Por eso las empresas han aprendido que hace falta comunicar y mucho, como único medio para equiparar a los canales informales.
Ahora el panorama es más complicado. Y otra vez gracias a la tecnología.
Lo que eran conversaciones casuales, ahora han surgido canales informales permanentes. Los empleados han encontrado que se pueden generar esos lazos comunicativos por fuera de los formales con facilidad asombrosa. Así nacieron los grupos en Whatsapp de empleados de sectores, donde la verdadera comunicación, gran parte de la vida institucional de las empresas pasa por estos chats espontáneos, exclusivos, sin participación institucional y sin límites. Que no es solo texto, sino se han visto enriquecidos con fotos, videos. También lo son los grupos cerrados en Facebook, donde con carácter privado sólo selectos integrantes pueden participar de la conversación privada.
En estos ámbitos, las empresas como organizaciones no están. La comunicación formal no tiene lugar.
La tecnología genera así un mundo paralelo riquísimo donde los temas se plantean, las comunicaciones suceden y la gente se vincula de formas antes vistas. Con un “real time” preciso y lo que es importante, donde la empresa “queda afuera”.
¿Entonces? ¿Qué le queda a la empresa? ¿Se quedó afuera de la conversación que vale la pena?
Por un lado, sí. La empresa, la institución, no participa de esos espacios. Son privados por opción y elección. Están “afuera”, así nacieron, y así seguirán.
Pero, por otro lado, las empresas son también las personas. Y son las personas las que hablan. Y lo que dicen se nutre mucho de lo que pasa adentro, pero también de lo que pasa afuera.
¿Entonces?No queda otra entonces que redoblar el esfuerzo. Si antes se pedía comunicar, ahora hay que comunicar mucho más. Si antes se pedía estar presente, ahora hay que estarlo más. Si antes se pedía ser “humano”, ahora sin dudar la humanidad debe ser un valor muy presente. Si antes había que prestarle atención al empleado, y darle respuesta, ahora la respuesta precisa y oportuna es mandatoria.
El espacio se achicó, las chances son menores, pero la posibilidad existe. Si no lo ejerces, está claro que te quedas afuera del todo. Una posibilidad demasiado riesgosa para cualquier organización y que debería no pasar.
Soy de los que no les gusta tener temas pendientes. De buscarle soluciones rápidas y concretas a las cosas. De los que odian tener muchos emails esperando en el buzón del correo electrónico. De los que no te hacen esperar, de llegar puntual y de avisarte si están llegando tarde. Es así. Soy así.
Mi peor pecado es pretender lo mismo de los demás. ¡Vaya desilusión!
¿Es mucho pedir que si yo le mando un correo a una persona, preguntando algo, que la otra persona me conteste en un plazo…digamos razonable? ¿O que si mando un mensaje de texto con una consulta, que la otra persona me conteste alguna vez? ¿O que si hago un llamado y dejo un recado, que la persona me devuelva alguna vez el mensaje? ¿O que si quedamos en que pasas por la oficina, “pasas” en serio y no me dejas esperandote sin avisarme que no venis?
Antes se le podía echar la culpa al correo tradicional, a los teléfonos que no andaban bien, a los malos entendidos, al timbre, etc.
En el mundo de la hipercomunicación, ¿Por qué a veces uno siente que estámos más incomunicados que nunca?
Pero no es por falta de oportunidad de poder responder en cualquier momento. Si la gente no tiene ningún problema en dejarte de prestarte atención en una charla para atender un ignoto mensajito entrante. Si es capaz de contestar hasta durante una obra de teatro. Si puede manejar hablando por teléfono celular, sin que tenga vergüenza o culpa… ¿Por qué deciden entonces no contestarme a mí?
¿Cuándo fue que no contestar un mensaje pasó a estar bien? ¿Cuándo fue que la no comunicación pasó a privilegiarse en la era de la comunicación?
Voy a terminar entendiendo que la NO respuesta, es una Respuesta en sí. Que la conversación pasó a ser un bien escaso, y que aquellos que no me responden simplemente están ejerciendo el derecho a ignorarme. A ignorarme brutalmente, sin el “yo te llamo”, “si tengo novedades te digo”, o “cualquier cosa me comunicó”, que por lo menos antes se esgrimía como una respetuosa excusa.
En definitiva, tal vez comenzaré a extrañar el “a ver si nos vemos”. Una excusa sí, pero una respuesa al fin.
Por lo pronto, perdón si alguna vez no he respondido un mensaje que pedía una respuesta. Prometo intentar que no vuelva a suceder, sinceramente.
Imaginen esta imagen: un equipo creativo, luego de repasar un brief, pensando una campaña para un mall. Se le ocurren dos caminos: El primero, hacer el mejor comercial posible, hasta aspirando en algún rincón del corazón a ganar algún premio (o al menos, la simpatía del cliente seguro). El segundo, hacer un comercial bizarro, con dejos de precariedad, de no tan buen gusto y sólo buscando llamar la atención y que la gente le interese “hablar de él”.
En esa compulsa, seguramente el corazón marketinero indicaría sin dudar: “el primero”. Pero el centro comercial de East Hills, en Missouri, fue por el segundo camino.
Vean el video.
¿Los resultados?Más de 2 millones de visitas. No tanta aprobación, comentarios de todo tipo, pero con una gran exposición. No tiene gracia, no es divertido, es francamente bizarro. Pero funcionó (más allá del cameo de una celebrity). ¿Era el objetivo del brief? No sabemos, pero si era lograr repercusión, lo logró: felicitaciones.
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