Reflexiones navideñas para un gerente reflexivo
Es época de alegría, reuniones, compras de último momento, brindis y emociones varias.
Pero también es época de balances y reflexiones. Si somos gerentes, podemos tomarnos unos minutos para hacernos algunas preguntas, aquellas preguntas que durante el año no tenemos tiempo, que en otros momentos del año pueden ser algo incisivas y tal vez incomodas, pero que a fin de año nos las podemos permitir y pueden llevarnos a reflexiones y aprendizajes:
- ¿He sido productivo?
En la época de la hipercomunicación, es probable que hayamos trabajado mucho y producido menos- la constante revisión de prioridades, alocación precisa de tiempo y el debido debate a las cosas requiere reflexión
- ¿He sido cómodo?
El ser gerente nos lleva a recorrer los mismos caminos trazados, cumplir las pautas y hacerlas cumplir en tiempo y forma. En ese andar, es interesante repensar también que tan cómodos fuimos o cuantos riesgos hemos sabido tomar y cuánta rebeldía nos permitimos (dentro de la necesaria y lógica)
- ¿He sido estratégico?
El día a día nos carcome, pero también es la perfecta excusa para no pensar más allá de la agenda táctica; mirar hoy pero también mirar el mañana debe ser algo que no debemos olvidar, aunque nos cuesta o nos consuma energías y tiempo
- ¿He sido humano?
En la época de puertas abiertas, de menos jerarquías, de integración y diversidad, es importante entender como hemos sido con los demás: si nos hemos mostrado como cercanos, dispuestos y accesibles, humildes y “gente”
- ¿He sido un ejemplo?
Nuestro rol de gerente no es sólo una mención burocrática, sino que conlleva una responsabilidad: somos líderes de personas (y así nos ven); pensar si hemos ejecutado ese cargo bien, pudiendo mostrar un camino adecuado y siendo vistos con buenos ojos y motivo de inspiración es parte de la revisión.
En definitiva, sin ser demasiado exigente con nosotros mismos, y permitiéndonos los espacios naturales para el error humano, una pequeña revisión en un momento de mayor tranquilidad e imparcialidad nos permitirá aprender, y seguramente encarar el año que viene con mayor aplomo y soltura.
¡Felicidades!