Diego Regueiro

Diferencia entre Experiencia y Servicio

Hablar de experiencia está en boga de los expertos en el marketing, como una dimensión nueva para diferenciarse, frente a sus clientes y contra la competencia. 

Se define experiencia como “percepción subjetiva que tienen los clientes del momento o punto de contacto que tiene con una empresa”. Una definición hermosa, pero a veces difícil de trasladar al día a día. Es que se tiende a confundir lo que es buen servicio (casi base hoy para estar en un negocio) con buena experiencia (diferenciador).

Para aclarar el tema, lo mejor son los ejemplos. En el caso de las aerolíneas, es parte del servicio brindar seguridad a los pasajeros, y parte de ese proceso es informar y capacitar sobre los procedimientos rutinarios que se deben si ocurriera un accidente durante el viaje.

Pues bien, la aerolínea Cebu Pacific ha llevado esta rutina a otro nivel. Vean el video.

 

 Claro ejemplo de cumplir con un servicio versus brindar una experiencia diferente.

La vida es un videojuego

La vida es un videojuego, por lo menos para Nike. Les comparto una publicidad reciente. Esta empresa es un ejemplo de centralizarse en el consumidor y sobre todo a través de sus productos promover la práctica del deporte.

En este caso, y con la excusa del producto Fuelband (un cuentapasos que se lleva en la muñeca como una pulsera y que sirve para hacer un seguimiento de la actividad realizada y la energía consumida), Nike asemeja el hacer deporte con el participar en forma algo exagerada en un videojuego, pero esta vez un videojuego real, donde atletas corren por una ciudad llena de saltos y obstáculos en llamas.

Un producto más de la agencia Wieden + Kennedy Portland.

¿Tenes una Apple? Podes estar pagando más caro tu viaje

 

Todos conocemos el fanatismo y lo feliz que se sienten aquellos que tienen un producto Apple. Pero ese privilegio les puede salir caro a la hora de hacer sus compras on-line. ¿Por qué? Por la combinación de segmentación + conocimiento de los clientes.

Tener una Apple no es para todos: es una simplificación probada que aquél que tiene este tipo de productos, disfruta de un poder adquisitivo más alto. Esto las empresas lo saben y puede ser motivo de provecho. Un ejemplo de esto es la empresa norteamericana de viajes Orbitz.

Esta empresa realizó un estudio para averiguar cuántos de sus clientes utilizaban un producto Apple y cuántos usaban un PC para realizar sus reservas online. A continuación, y tras dividir a sus clientes en esas dos categorías, la compañía recopiló datos sobre el comportamiento online de unos y otros y constató que los primeros pagaban hasta un 30% más por sus reservas hoteleras.

En consecuencia, y tras observar este comportamiento, Orbitz muestra a los usuarios de Apple hoteles más caros que a los usuarios de otras marcas.

¿Qué pasaría si todas las empresas hicieran lo mismo? (si es que no lo están haciendo …)  Interesante y tal vez preocupante para algunos.

Siri 2

Hace unos meses les compartí una nota titulada simplemente SIRI.

SIRI es la tecnología incluida en el Iphone 4S, que  permite a través del reconocimiento de voz y en forma inteligente realizar múltiples funciones y sobretodo “contestar”, en forma bastante natural.

A continuación, 2 nuevas publicidades esta vez con famosos, donde se muestra el producto y como funciona.

El hermano no famoso de Brad Pitt

Hace unas semanas publique la nota La historia del Delfín , donde marcaba el concepto naciente del marketing bizarro y el utilizar personajes “distintos” para promocionar productos.

En esa línea, les presento la campaña “Un hombre común” llevada a cabo por la operadora telefónica Virgin Mobile en Australia, utilizando no a Brad Pitt, sino a su hermano Doug.

 

¿Cuál es el real mérito de Doug, aparte de ser hermano de Brad? Doug es un hombre que disfruta de cosas mundanas, como su impresora, su auto o la música de los años 70; hábitos muy distintos a los de su hermano famoso. Es decir, Doug es un hombre común.  

El concepto creativo va en línea con lo que quiere transmitir la empresa: hacerte sentir bien, a pesar de que no seas un famoso. Esta campaña fue un éxito viral, y que ha convertido a Doug, por lo menos por un tiempo y no sin ironía, en tan famoso como su hermano.

¿Es el consumidor ahora el que manda?

Como ya habrán visto en otras notas, me gusta desafiar las grandes “verdades” o frases trilladas del marketing. Una de ellas, es la del título. Es muy común escuchar o leer, que en el nuevo mundo digital de hoy, “es el consumidor ahora el que manda, no las marcas”, ponderando el alto poder del consumidor en el mundo cibernético actual.

Esta frase conlleva dos fuertes falsedades.

La primera, es que no es un tema de ahora: el consumidor siempre fue un actor con impronta y decisiones propias. Pensar que en el pasado el consumidor era un inocente individuo que podía ser llevado de las narices fácilmente es tener una visión distorsionada de la realidad pasada. Siempre fue un desafío llamar la atención del consumidor, nunca fue un blanco fácil, y si bien la tecnología le ha dado ahora nuevos mecanismos y formas de ejercer el poder, ese poder existió siempre.

La segunda, es que la frase conlleva una sentencia definitoria, como una suerte de derrota definitiva, como si las marcas hubieran caducado ante el consumidor maestro rey, portador de todo el poder y el mando. Esto no es cierto, y las empresas lo saben, y lo ejercen. ¿Cómo? Un ejemplo crítico en esto, es en la recolección de información, sobre los consumidores y su transaccionalidad. Las empresas, con la tecnología de su lado, han invertido y siguen invirtiendo cada día más en recolectar y analizar información y datos sobre los clientes, con fines comerciales y de marketing.

Tomemos a Facebook: ¿Dónde está el valor como empresa de Facebook? ¿Qué tiene Facebook que no tienen otras empresas? Es más, ¿por qué hay tanto dilema con respecto a las políticas de privacidad? Si aún no lo hicieron, se sorprenderían saber el grado de detalle e información que tienen las redes sociales sobre los usuarios y su comportamiento habitual.

En definitiva, ni un extremo ni el otro. Ni es que en el pasado, los consumidores no tenían el mando, ni que ahora lo tienen definitivamente. Porque en realidad, el mando, el poder, va de la mano de un concepto mayor que es el poder que da el conocimiento. Es el conocimiento el que te permite ejercer una mayor autoridad y mandar en el mercado. Conocimiento que ambas partes pujan por tener (cada día más) y utilizar en su provecho.

Las mejores publicidades de los Juegos Olímpicos Londres 2012

Se iniciaron los Juegos Olímpicos Londes 2012, y como pasa siempre en estos casos, las marcas se hacen presentes con sponsoreos y publicidades afines.

Les comparto 3 publicidades que me han llamado la atención por diversos motivos.

La primera es de VISA, y se circunscribe en la clásica modalidad de mostrar a los deportistas intentando lograr sus objetivos, en este caso bajo el concepto de “Cheers“. Se destaca sobremanera por la excelente calidad técnica y el dorado de las imágenes.

Pero también por la voz en off: ¿descubren quién es? Sino lo descubrieron, me escriben y les digo quién es.

La segunda es de British Airways, que se destaca por lo original y el efecto logrado, pero por sobre todo lo contraintuitivo de su mensaje final, invitando a ¡no volar!

Por último, y tal vez la mejor de todas, la tercera titulada “SuperHumans“, realizada por el Canal 4 británico, promocionando los Juegos Paraolímpicos que empiezan en la misma ciudad a partir del 29 de agosto. Sin dudas, emocionante.

Más de realidad aumentada: Mickey Mouse en NY

A pedido del público, más de realidad aumentada.

Esta vez nos mudamos a NYC (New York City), y quien nos presenta esta acción es el mismísimo ¡Mickey Mouse!

Esta acción tiene epicentro en la tradicional esquina de Times Square, y su intención es promocionar sus Parques de Diversones. Lo distinto también (lo pueden ver al final) es que lo que se termina referenciando es un hashtag: #disneymemories, nada más!

¿Lo bueno? No hay que ser un niño para disfrutarla

El Día del Amigo y los saludos

El viernes 20 de julio es tradicionalmente el Día del Amigo en Argentina (y en otros países también). Un día que la gente suele saludarse, felicitarse y si se puede, juntarse y celebrar.

He recibido diversos saludos: los personales, dirigidos uno a uno; los seleccionados, como parte de un grupo elegido y selecto; y los masivos, como parte de un grupo donde el remitente envió un mensaje a todos sin ninguna mención particular hacia mi persona.

Obviamente todos incluían buenas intenciones, pero con diferentes impactos en mí: con alegría los primeros, simpatizando con los segundos, e ignorando (o a veces rechazando) los terceros.

¿Por qué? Porque aquel que me dedica un mensaje personal y directo pone en juego el afecto y atención que tiene conmigo; aquél que me considera dentro de un grupo, me hace sentir parte de ese lugar de pertenencia y me tiene presente por eso; y los que me incluyen en una cadena, me dejan el gusto amargo de “no fui o soy lo suficientemente importante para que me personalice unas líneas” o lo que es peor, “lo hace para cumplir”.

¿Qué tienen que ver estos saludos con el marketing? Muchísimo, porque los saludos que recibí es un fiel reflejo de lo que se hace y se percibe en el marketing de hoy. La gente y los consumidores demandan y piden “personalización“, sentir que somos importantes, que somos únicos y que nos preocupamos por ellos. Pretenden una identificación y empatía en una relación 1 a 1: piden que le demostremos realmente que les importamos y que no le somos indiferentes. Los clientes piden que si fuera su día, que los saludemos en forma dedicada y personal.

Ahora bien, ¿cuántos de nuestros mensajes marketineross son como los terceros? ¿Cuánto de lo que hacemos les habla a todos y le habla a nadie?  ¿Sirven los mensajes masivos e impersonalizados? En el marketing de hoy, cada vez menos. Si queremos hacernos “amigos” de los clientes, debemos tratarlos como tal y haciendo un esfuerzo más.

Con lo cual, si Usted fue uno de esos que mando un mensaje en cadena para el día del amigo, el año que viene piénselo mejor: el amigo que lo recibió  seguramente preferirá recibir un llamado o un mensaje personalizado, o que no lo mande nada (porque lo puede ofender).

Lo mismo, en su próxima campaña de marketing que haga con sus clientes.

#Pedimosdisculpas – la Respuesta

El post de ayer #Pedimosdisculpas ha tenido una importante repercusión y he recibido variados comentarios. Pero se destacó el que comparto a continuación (gracias José Luis!)

“Diego querido, acabo de leer tu comentario, el cual comparto. Yo soy un adicto a Starbucks, completamente, pero creo que eso no nubla mi intención de objetividad con respecto a lo que pasó.

Yo creo que fue un error de comunicación. Grave, en mi opinión, porque al no estar bien redactado, la malinterpretación del mensaje creo que dañó un poco la imagen de la empresa, al menos en forma momentánea por la trascendencia que ha tenido. Realmente la sensación es que parecía una “ofensa” a los productos nacionales. De todas formas, creo que nada más lejano en la intención de Starbucks que haber dicho lo que “parece que dijo”. Me imagino que, como muchas empresas, se están paseando por la secretaría de comercio para que le puedan liberar los vasos. Y la verdad es que un mensaje de este tipo, si hubiera sido intencionado y ser realmente un ataque a la industria nacional, no ayuda en absoluto a poder liberar dicha importación. Te puedo contar muchos casos de estos, de clientes que tenemos. Pero, en conclusión, en este mensaje que dieron, creo que merecen un aplazo.

Pero yo me quiero concentrar en otra cosa, y es específicamente en el vaso argentino. No se si vos tuviste la oportunidad de experimentarlo. En primer lugar, no tiene el logo. No te voy a estar explicando justo a vos lo que esto representa. No pasa nada si me tomo un café en un vaso sin la sirena verde, pero el impacto del logo de Starbucks es alto. Volviendo al vaso, es un desastre en comparación con el original. La textura, el grosor y la solidez no tienen comparación con el importado. Te lo digo con conocimiento de causa, ya se me volcaron dos cafés encima con este nuevo vaso. El vaso original vos lo agarrás de la tapa y lo podés trasladar que no se va abrir por nada del mundo. En el actual, con un poco de presión que hagas sobre el vaso, la tapa se sale. El vaso importado conserva dos veces más el calor que el nacional (esto no tengo forma de probarlo técnicamente, me lo dijeron los baristas de Starbucks, pero cae de maduro). Cuando vos pedís un “extra hot”, te lo dan con la manguita, para la cual valen exactamente las mismas consideraciones en la comparación entre la nacional y la importada. Pero además las manguitas no encajan en los vasos, son más anchas que la parte más ancha del vaso. Un desastre.

Ahora, la pregunta es: ¿Qué es Starbucks? ¿o qué vende? Starbucks vende más que un café. Es un conjunto de cosas, como les gusta decir a ellos, Starbucks es un “tercer lugar” donde vos puedas pasar un rato fuera de tu casa o la oficina, en el que vas a recibir en primer lugar, un café de calidad, pero además te van a llamar por tu nombre, vas a tener un ambiente en el que vas a poder trabajar, charlar con un amigo, leer un libro, leer el diario, recostarte en los cómodos sillones que tiene, te van a atender con una sonrisa (creo que en esto tienen que mejorar bastante en Argentina), y te van a armar la bebida tal como vos la gustes. En definitiva es un conjunto de cosas, la generación de un “ambiente” que hace que te sientas a gusto. El vaso hace también a lo que ofrecen, es un vaso de calidad. Starbucks no es lo mismo en mi modesta opinión, con los vasos nacionales (excepto que puedan reemplazarse por vasos de similar calidad, lo que no parece ser el caso). La gente puede no estar dispuesta (como ya lo he escuchado y con lo que concuerdo) a pagar $ 18 por un latte si me lo dan en ese vaso de porquería. Creo que Starbucks, como muchas empresas, con la restricción de importaciones, se ve afectada en cuestiones que hacen al corazón de su marca. No me extrañaría que en el corto plazo tengan también problemas con los Syrup (esencias) y no te puedan preparar un vainilla late o un frapucchino.

No sé, creo que me entusiasmé y se me hizo largo el mail. Es simplemente mi opinión. Abrazo grande”

El comentario de José Luis es impecable, y me despertó la siguiente reflexión: ¿Por qué pidió disculpas Starbucks? Porque como bien dice José Luis, en el vaso de referencia está presente la esencia de su marca (en el importado, NO en el nacional que está obligada a usar).

#Pedimosdisculpas

 

Les comparto un hecho distinto que pasó en estos días.

En principio el hecho se inició como algo bastante común en la Argentina de hoy. Debido a las trabas que existen a la importación, faltan insumos en algunas industrias y sectores. En esta ocasión, le pasó a Starbucks: se quedó sin volumen suficiente del modelo de vaso del tipo  ‘alto’, precisamente el único vaso que se importa. Debido al faltante, lo reemplazaron por uno de industria nacional y sin el logo tradicional. Hasta ahí, nada nuevo o que llame la atención demasiado.

La empresa, haciendo uso de las redes sociales, lanzó un tweet en su cuenta @starbucksar notificando esta situación, con el siguiente mensaje: “Pedimos disculpas, ya que debido a un quiebre temporario de stock, en algunas tiendas se está utilizando vasos y mangas nacionales. Saludos”

Lo que podría pasar por un “mensaje” más, en este caso fue todo lo contrario. ¿Qué pasó? Sin que fuera obviamente su intención, el tweet generó reacciones contrarias en mucha gente. Se entendió que las disculpas se debían a tener que usar productos nacionales, siendo interpretado esto como un ataque a la industria nacional, agravado el hecho por provenir el tweet de una empresa de origen americana.

Fue muy alta la repercusión del mensaje, no pasó desapercibido y generó una catarata de reacciones contrarias en la red, convirtiendo al hashtag #pedimosdisculpas en trending topic nacional. Esto fue levantado por la prensa y fue noticia en diarios, televisión y radio.

¿Fue un error de comunicación realmente? ¿Fue una sobreactuación? ¿O fue una de tantas cosas que pasan hoy en el mundo digital, donde sin una explicación demasiado lógica ciertos temas se viralizan y logran una trascendencia impensada? Difícil de saber a ciencia cierta.

Lo que sí nos deja este ejemplo, es una demostración más de que el grado de exposición al error es cada vez mayor. En un mundo superconectado como el de hoy, hay que cuidar al extremo lo que se dice y como se dice, aún en espacio de pocos caracteres (140) como lo es Twitter.

Premiar a la persona honesta

Les comparto una acción de marketing muy interesante. No tanto por lo original (ya se han hecho cosas similares), sino por la producción y logística que se le sumaron a esta activación, lo que termino resultando en una experiencia muy completa para el cliente sorprendido.

La acción transcurre en un centro comercial en Melbourne, Australia. Todo en tiempo real. Donde se premia al cliente que devuelve un objetivo perdido de valor

 

Para mí, el otro factor llamativo es que fue un banco (Nab Bank de Australia) el que pensó y ejecutó esta idea. Un banco promoviendo la honestidad y la confianza como valores. Algo esencial en un banco, y que en este caso se desea valorar y premiar.

La historia del Delfín (marketng bizarro)

Una de las formas típicas que usa el marketing es elegir “personajes famosos” y sobre ellos elaborar una campaña de comunicación.

Ahora bien, ¿qué pasaria si nos proponen un personaje sobre el cuál la gente puede expresar públicamente la siguiente opinión? “Es una mierda de voz, no sabe bailar, es ridículo, sus canciones son una porquería, no sabe rimar, le canta a las desgracias, se viste como pordiosero, en vez de música hace comedia, hace quedar mal al País”.

Obviamente, nuestra reacción sería un rotundo NO. No necesariamente.

Por lo menos no opina así la gente de la marca Sabroson, en Ecuador. Para promocionar su aceite, la empresa La Fabril (líder en el país) eligió para su campaña al cantante Delfín QuishpeVean el video de la campaña:

 ¿Qué les pareció? A Sabroson le ha ido muy bien con esta elección: la campaña “Con Sabroson y Delfín, sabor hasta el fin”, se alzó con el Cóndor de Oro del año 2011 (el mayor premio de la publicidad de ese país).

Bienvenidos al marketing bizarro (nueva categoría si la hay): utilizar personajes mediáticos bizarros, poco talentosos, casi ignotos, hasta ridículos, para promocionar productos.

El consejo del lavado

Se dice mucho del poder del boca a boca, de la referencia viral como una de las virtudes (o desafíos) que conlleva Internet, y el impacto que puede tener en el momento de decidir de un cliente.

Que mejor que un ejemplo para demostrarlo (ejemplo personal). Recibo la siguiente oferta en una de las empresas de compras grupales que hoy por hoy pululan: $135 en vez de $710 por lavado de auto + encerado + limpieza de tapizado + secado en XX Wash.

Al leerlo, recordé que hacía tiempo que quería hacer un lavado profundo de mi auto. Pero por distintas circunstancias, lo había delegado. Pero la oferta era muy tentadora: 80% de descuento! Imposible resistirse.

Muy decidido a comprar, leo casualmente el primer comentario de un usuario: “No vayan a este lugar. Dejé el auto a las 8 de la mañana y lo retiraba a las 17hs. Al llegar,  el auto estaba en pésimas condiciones (mal lavado con la misma mancha en los tapizados) y encima un rayón en el capot. Un desastre. AL reclamar la respuesta fue por lo que pagaste, demasiado hicieron”. Impresentabe”

Como se imaginarán, no lo compré. ¡Estaba decidido a hacerlo! El comentario me hizo entrar en desconfianza y desistir de hacerlo. Mi auto esperará otra oportunidad.

Sin duda, el valor de la referencia conlleva también la obligación de hacer las cosas bien, y hacerse cargo. Aún en las ofertas.

Fui violado

La semana pasada fui violado en mi intimidad: hackearon mi cuenta de correo electrónico y enviaron un mensaje no deseado a los contactos de mi cuenta de correo. Lo más triste o que más da bronca da, es que no fue por un descuido o falta de previsión: tengo todos mis antivirus al día! Lo hicieron no a mi PC sino directamente al proveedor de las cuentas de e-mails.

No es la primera vez que me pasa: el fastidio se repite. Sé que le ha pasado a bastante gente, lo que tampoco le resta desconsuelo. Mil disculpas para aquellos que hayan recibido un mail con estas características. Y gracias a los que me han avisado.

Este hecho justifica una reflexión (gracias Fernando Flischfisch). ¿Por qué se realizan este tipo de “violaciones”? Tal vez en el texto del mensaje haya una explicación: el mismoo dirigía a una página en internet, ¡qué existe! Una empresa americana que vende cuerdas para guitarra (por obvias razones, no les cuento cuál es).

¿Justifica este medio la generación de tráfico o la captación de atención? Tal vez, un porcentaje de los que reciban el mail, se tienten a clickear, y de ellos vez alguno se destine a comprar … ¿qué porcentaje? Ínfimo, mínimo, seguramente muy marginal. Pero tal vez, en las matemáticas del mundo, un número tan aleatorio o menor puede resultar también atractivo. ¿Tráfico válido? NO. ¿Forma razonable de hacer negocios? NO. ¿Marketing honesto? Otra vez NO.  Podemos seguir con los no, pero hay gente (o empresas) que opinan lo contrario, que invierten en el desarrollo de hackeos y que pagan por él para llevar agua a sus fuentes. Inentendible, pero cierto.

Esto genera una segunda reflexión: ¿todas nuestras herramientas o formas de comercializar pasarían el mismo testeo? Es decir, ¿qué tanto operamos los límites del marketing honesto?.Sin llegar al extremo del hackeo, pero pensemos, ¿todo nuestro accionar pasaría la prueba de la blancura? ¿O también somos también cómplices de lo que también criticamos?

En conclusión, sin entender el porqué alguien puede querer violar (hackear) mi intimidad, vuelvo a pedir disculpas, y los invito a construir un marketing honesto.

Compitamos por precio

Esta nota fue publicada en la Universidad de Palermo.

Competir por precio está ciertamente en la agenda de los hombres de negocios, directores de unidades, responsables de productos y gerentes comerciales. Ante el mercado,  y en una contienda competitiva,  solemos ofrecer un mayor descuento, una rebaja o directamente un presupuesto más bajo.  Es muchas veces la carta ganadora para el éxito comercial, es el más común de los caminos, lo que más se escucha y lo que más pasa en el trascurrir de los negocios, en el día a día. Un precio más bajo que los demás, parece ser la fórmula del éxito. Por lo tanto, ¡compitamos por precio!

¿Es una buena estrategia? Seguramente, y para las empresas, NO, porque un menor precio tiene un impacto directo en la rentabilidad. Competir por precio (o la guerra de precios resultante) se sostienen solamente si uno cuenta con una estructura de costos sólida que así lo permita. Pero aún así, es difícil crecer si nos apalancamos en esta estrategia de menor precio solamente. 

Se dice también que la competencia en precios no es del todo negativa, que cuando se compite por precio, pierden los competidores pero gana el cliente. Puede ser que sí, puede ser que no, pero es muy probable que también pierda el cliente, porque aquél que debió sacrificar margen para ganar la compulsa, por algún lado va a necesitar recomponer la rentabilidad perdida. En algo va a no cumplir con su promesa: un material distinto en calidad al pactado, un atraso en la entrega o en la producción, un servicio deliberadamente ineficiente, son algunas de las consecuencias de la adecuación de costos necesaria para mejorar los márgenes.

¿Por qué se compite en precio? Se compite en precio cuando las ofertas “convergen”, cuando lo que se ofrece “parece” todo  igual, cuando las propuestas se asemejan demasiado y los compradores no encuentran diferencias entre ellas. Les da lo mismo A que B, y al parecerles igual, la decisión pasa por el precio. Este escenario de convergencia, de parecer todo igual, de ofertas y propuestas demasiado similares, es lo que termina desembocando en la competencia por precios como único camino de éxito comercial.

Ante esta situación, podemos optar por el camino de las excusas, o trabajar para modificarla. Para torcer este destino de sólo precio, es cuando la magia del marketing agrega (o debería agregar) valor. Es el marketing el que debería trabajar para dar una respuesta. El marketing bien entendido ayuda a  encontrar la diferenciación, descubrir el factor diferente, a ser el puntapié inicial para salir de esa percepción convergente, y  plantear cosas distintas.

Marketing tiene múltiples caminos o alternativas para explorar: un mejor entendimiento de lo que realmente se quiere o desea;  la identificación de segmentos o nichos con características particulares no tan bien atendidas donde poder enfocarnos;, la búsqueda de nuevos ejes de discusión sobre lo que son los factores decisorios en la compra de un producto; el perfeccionamiento de los atributos que hacen a una oferta diferente;  la forma de comunicar, presentar o promocionar nuestros servicios;  el trabajo en el servicio, experiencia o delivery de lo pactado; el modo y la constancia en el mantenimiento de una relación activa y estar “ahí” cuando importa; o también el desarrollo del  intangible como es la marca y su percepción diferencial.

En definitiva, compitamos por precio si nos rendimos fácilmente ante la convergencia y la sensación de igualdad. Compitamos por precio si nos compramos el discurso de que no hay nada por hacer y el cliente compra sólo eso, precio. Compitamos por precio si relegamos al marketing a un rol sólo táctico y no le damos la misión estratégica de buscar espacios y caminos de diferenciación. Y compitamos por precio si no nos asusta que nuestra rentabilidad se vea perjudicada y que la sustentabilidad de nuestro negocio pueda verse comprometida si no hacemos algo distinto.

¿Una publicidad de 1 Segundo?

Los spots publicitarios tienen en promedio 30 segundos de duración. Las agencias y los creativos hacen maravillas para poder condensar todo lo que quieren decir en tan poco tiempo.  Es más, hay experiencias de spots muy cortos (de 10 o 15 segundos), y también una tendencia (cara) a hacer cada día spots más largos cuando el tema lo amerita (como si fueran videos o telefilmes).

Pero, ¿se puede hacer un spot de 1 segundo? Imposible, ¿no? No, para la agencia McCann Digital de Israel para la OCD Foundation.   El spot en cuestión pretende anunciar uno de los síntomas del TOC (trastorno obsesivo compulsivo). En lugar de recurrir a los típicos testimonios de pacientes de esta enfermedad, se decidió que el espectador pudiera sentir en primera persona qué es en realidad un trastorno obsesivo compulsivo.

De esta forma, y para poder leer lo que dice, la única forma de hacerlo es clickear compulsivamente una y otra vez el video. El mensaje reza lo siguiente: “Para mucha gente, realizar acciones de forma reiterada de forma inconsciente es algo común en sus vidas. Pero éste es sólo uno de los problemas a los que las personas con TOC tienen que hacer frente”.

 Vean el video, pero recuerden, sólo a través del clickeo repetido se puede ver el contenido …

¿Interesante? Un ejemplo de creatividad que nuclea atención y mensaje, todo en 1 segundo.

El auto invisible

¿Existe el auto invisible? Mercedes Benz lo hizo.

Para promocionar el atributo de CERO emisión de su auto, tomaron este concepto para desarrollar la pieza “Invisible Mercedes“. Mezcla de pieza publicitaria tradicional y activación, cubrieron un auto con TV LEds y lo pasearon por distintas ciudades de Alemania.

¿El resultado? Impacto en medios y casi 10 millones de visitas en Youtube.

La real mobilidad (con b)

Les comparto un resumen de la nota escrita por Nicolás Falcioni de Movilion. Me pareció excelente, dado que brinda una mirada distinta a la oportunidad del mobile marketing en nuestros países.

Cuando veo a emprendedores mobile de Buenos Aires pensando tal y como piensan sus pares de Silicon Valley me asaltan algunas dudas. Y después de leer este articulo de Erica Kochi, co-directora de Innovación Tecnológica en UNICEF, tiendo a confirmarlas.

Mientras en Argentina la mayoría de los desarrolladores sigue pensando en los smartphones, incluso en iPhones, Kochi insiste en lo que ella ve mientras viaja por Africa, por Asia y seguramente también por las provincias del interior de un país Latinoamericano: que los patrones de uso del teléfono móvil en estas áreas en desarrollo son muy diferentes a lo que pasa en las calles de Nueva York o San Francisco.

“Para los de Silicon Valley es difícil imaginar que el 70% de los dispositivos distribuidos en el mundo todavía son feature phones -dice Kochi-. La mayoría del mundo, especialmente en estratos de bajos ingresos y zonas rurales, sigue viviendo la revolución móvil a través de las limitaciones de la voz, el SMS y una conexión asíncrónica”.

Esas limitaciones producen creatividad. Por ejemplo, agricultores que usan el SMS para averiguar los precios de sus productos y mejorar su posición negociadora en los mercados. Una de las iniciativas de UNICEF es RapidSMS, una solución escalable y de código abierto basada en SMS para recolectar datos de forma dinámica. Sólo en algunos países de África subsahariana tiene más de 200.000 usuarios.

El iPhone no tiene la menor chance en un país como Kenia donde el 40% de la gente vive con menos de 2 dólares diarios. Otra condición: la robustez. “El Nokia 1100 es el teléfono más popular del mundo, a prueba de polvo, resistente al agua y con un sencillo sistema de menús. Y además tiene una linterna-dice-. Los teléfonos inteligentes son criaturas delicadas“.

Batería para una semana. En muchos lugares recargar el teléfono todas las noches no es una opción. Por último, bajo consumo de datos. Kochi dice que es poco probable que los datos bajen de precio tan rápidamente como los smartphones, así que incluso cuando éstos lleguen a ser lo suficientemente baratos como para un usuario medio en un país en desarrollo, no será capaz de pagar por su uso.”

Interesante, ¿no? Hay segmentos donde las aplicaciones para equipos sofisticados es una obligación. Pero también puede haber oportunidades en marketing para llegar a aquellos que no tienen ni tampoco tendrán en corto plazo acceso a tecnologías más caras. Para reflexionar.

Papá en calzones (¡Feliz Día!)

(como anticipo al Día del Padre del próximo domingo – ¡Feliz Día!)

La publicidad puede recurrir a “extremos” para escenificar situaciones y despertar la necesidad de consumo. Puede hacerlo apuntando al producto y sus atributos (camino trandicional) o puede hacerlo mostrando los beneficios (directos e indirectos) del mismo.

¡Qué mejor ejemplo de esto que la campaña de BGH para sus equipos de aire acondicionado!

Realizada por la agencia Del Campo Nazca Saatchi & Saatchi, esta campaña titulada en inglés “Dads in briefs” fue galardonada en su categoría en el Wave Festival de Río de Janeiro.

Hace tiempo escribimos sobre la importancia de “llamar la atención“. Esta pieza sin dudas lo hace y con creces, dejándonos esa “impresión” que puede ser disparadora de decisiones de compra.

 

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