¿Quién no recuerda las famosas batallas mediáticas de los 80 entre Coca Cola y Pepsi Cola? Fue tal el ruido que hicieron, que a esta confrontación se la llamó “Guerra”, donde ambas marcas invirtieron millones en publicidad y tratando de captar celebrities, pero por sobretodo “atacando” abiertamente a sus rivales en la comunicación. Siempre con el humor como recurso paliativo (sin llegar a ser agresivo)
Reflotando aquella idea hace unas semanas en Francia McDonald’s volvió a la carga con el siguiente comercial. Destacando la cercanía de sus locales y contrastando con los de la competencia directa.
Vean el video.
¿Cuál fue la respuesta de Burger King? En un acto reflejo muy rápido, supieron replicar la misma escena y hacerla suya, con un remate trayendo agua para su molino. Como quien dice: “el que habla último, habla mejor”.
¿Qué opinan? ¿Será el renacer de una vieja tendencia? Lo primero a considerar que para que estas estrategias funcionen, el primer requisito es que las dos marcas “se enganchen”. Es decir, no sirve de nada si una sola pelea, y la otra se mantiene callada o sin respuesta. Lo segundo es que ambas marcas tienen qu estar en su plenitud en términos de imagen: es decir, para poder atacar a otra, tenes que estar muy bien vos. Y acá va mi reflexión final: las marcas de fast food se encuentran hoy en un etapa de recambio por cuestionamientos de sus clientes: su oferta no está dentro de las mejores consideradas de los clientes.
De esta manera, más que pensar en atacar a otro competidor, es mejor mirar para adentro y mejorar lo que ofrezco. En definitiva, meterse menos con la competencia, y más con el cliente.