Escuché esta palabra en forma reiterada en estos días … de personas distintas y ante la misma pregunta: “¿Cómo estás?”. Indefectiblemente me llevó a recordar la canción de Víctor Heredia.
“Tristes y errantes hombres, sobreviviendo.
SOBREVIVIENDO, SOBREVIVIENDO,
Hace tiempo no río como hace tiempo,
Y eso que yo reía como un jilguero.
Y así sigue la canción.
La palabra “sobreviviendo” no es casual, porque describe una mezcla de pesimismo brutal y esperanza al fin. Es un doble mensaje auspicioso desde la pura negatividad: solo puedo apenas vivir un poco, pero aún así lo sigo haciendo e insistiendo.
Este tenor se expande en toda conversación actual, ya sea mundana y trivial, o retirada y profunda. Es el tema de conversación entre familiares, amigos y no tan amigos. En un marco de pocas alegrías o felicitación: apenas son relatos de almas más o menos angustiadas. Hay excepciones, por supuesto, pero son voces que se callan o apagan rápidamente.
Este tono es personal pero también empresarial. Hay puesto un piloto automático que exige mucho y aspira a poco. Son pocas las empresas que hoy parecen tener ganas y ambición. Y las que siguen apostando, lo hacen casi sin tener en cuenta los excels a la baja o los pronósticos sombríos. Aún estas empresas lanzadas y decididas, tienen un temblor a flor de piel a la hora de efectivamente decir sí.
Es época de sobrevivir, de “surfar la ola” dirían los más aventureros y poéticos. Ya vendrán tiempos mejores.