No es un artículo, una nota o un ensayo.
Son mis hijos, Carmela y Manuel, que nacieron esta semana y me llenan de orgullo y que hacen que por hoy escriba sobre ellos. Si bien es difícil explicar con palabras esta mezcla de sensaciones, lo que sí puedo compartir es que son vivencias únicas y lo que dicen siempre, que te cambia la vida, es una afirmación cierta (a pesar de lo convencional o trillada).
Dejo sí una simple reflexión “marketinera”. En este proceso de ser padres, un proceso largo e intenso, se viven una multiplicidad de experiencias, todas muy emocionales y poco racionales. Aquellas marcas que están presentes, en forma humana y acorde, en ese proceso, corren con la ventaja de entablar un vínculo cuando más se las necesita. Es una oportunidad única, de esas que pocas veces se dan.