No soy fanático de las películas de terror, pero sí puedo reconocer que existen ciertas películas (más que nada las que se derivaron de cuentos o novelas de Stephen King) que me han encantado y he disfrutado a pesar de los sustos.
La publicidad ha recurrido algunas veces al género para comunicar productos, muchas veces en forma desacertada, pero otras con logros muy buenos.
Les comparto entonces algunos ejemplos de publicidades que valen la pena y que seguramente cumplen con el objetivo de horrorizar o dar miedo. Algunos fuertes, otros no tanto.
Una inicialmente campaña inocente, que termina de mala manera con un mensaje contra el “slack off”
Axe, para sus desodorantes
Levis, para su clásico 501.