“Las pequeñas sociedades crean grandes equipos”, solía decir el gran DT de Argentina campeón mundial del año 1978 César Luis Menotti . Recuerdo de chico ver los spots realizados por la empresa Esso, donde el DT daba cátedra de fútbol y ponderaba lo importante de tener estas sociedades. El tener un equipo donde 2 ó 3 jugadores jugaran de maravilla o de memoria es uno de los factores de éxito para el posible triunfo en el fútbol.
Ahora bien, ¿se puede replicar en las empresas? Es una utopía pensar que todos los participantes de cualquier equipo de trabajo, todos se llevan excelente con todos. Pueden convivir y tener una buena relación, pero no todos se llevan bien con todos, todo el tiempo.
Pero sí pueden existir esas pequeñas sociedades como identifica Menotti. Es común encontrar que cierta gente se lleva muy bien con otra gente, que se traduce en buenas relaciones pero también en sinergias laborales positivas. Está en el ojo del gerente de turno, poder y saber captar estas “pequeñas sociedades”, para potenciar este fenómeno y así llevar la labor a otro nivel.
Estas sociedades se deber explorar, buscar que pasen, fomentar que trabajen en sociedad, y una vez encontradas, dejarlas “ser”, sin tocar. Es común encontrar a veces como estas sociedades que se generan naturalmente, que sean fácilmente desarmadas con cualquier excusa, sin tener claro lo útil que significa que las mismas perduren una vez establecidas.
En definitiva, ¡bienvenidas las pequeñas sociedades! Gastemos menos energías en pretender equipos perfectos, y prioricemos el trabajo de memoria de las personas de a par. Serán seguramente la plataforma donde construir los mejores resultados futuros.