Todos hablan de esta serie. Española de origen, con un boca a boca impresionante. Se conoce más por lo que opina la gente, por la recomendación, que por lo que cualquier medio pueda decir. Es como que los medios “llegaron después”.
En esa movida de caso espectacular, surge la obligación de verla. “No te la podés perder”, es casi el desafío universal. Si no la ves, estás afuera. ¿Cuándo hay que verla? No hay un horario determinado, pero el espacio ideal, es post cena, con los nenes durmiendo, ahí se enciende Netflix.
Se enciendo para una serie como la Casa de Papel, que son varias temporadas y capítulos, y se enciende para la próxima que te recomienden, exista o no te podes perder. Y así, si uno tacha los días, se encuentra que las noches se las llevaron las series. Que la vida transcurre entre la rutina diaria de ver series de Netflix. La vida es lo que pasa entre capítulos de series.
Y mientras tanto, existe otro papel, que es el de los libros, que me esperan pacientes, en la mesa de luz. Papel que se acumula cual papel picado.
2 promesas: uno, no faltará mucho para que vuelva a los libros. Dos, que no seré el único: las series, Netflix, etc, todo pasa, pero los libros no, ellos siempre quedan.