Las historias son un gran recurso en el marketing, para llamar la atención y hacerle pasar a los consumidores un rato agradable (y así establecer lazos y hacer branding).
Las mejores historias son aquellas que tienen un buen guión, actores adecuados, un buen arte y una conexión final con el consumidor.
Pero, por sobretodo, tienen que tener “alguna” relación o vínculo con el producto o servicio que estamos brindando y comunicando. La conexión puede ser grande o sutil, pero debe existir.
Veamos este primer ejemplo de Coca Cola Life. Un producto nuevo y algo cuestionado.
La producción es impecable, la música es un gran factor y claramente la historia está bien desarrollada. Pero, ¿cómo se integra el producto en la historia? No existe una genuina conexión, más allá de que el comercial está bien logrado. Así como se bebe un refresco, podría comerse una pizza o tomar un mate. O usar su celular para avisarle a su mejor amigo.
Veamos este otro ejemplo de Promart (supermercado peruano)
También es una historia familiar (un padre y su hija). También es una historia que apela a la emoción, pero con otros recursos. Pero en este caso sí existe una conexión con la marca. Sutil, pero existe.
En definitiva, las historias son un gran recurso en el mundo del content marketing de hoy. Pero no hay que olvidar que detrás, hay una marca, producto o servicio que pide ser tenido en cuenta y conectado con lo que se cuenta.