Cuando era adolescente y gracias a mi hermano, conocí la trilogía “Fundación” escrita por Isaac Asimov. Estos tres libros se fueron completando con otros, siendo 7 en total (pero algunos lados se llega a hablar de 16 libros).
La serie de ciencia ficción cuenta la historia de Hari Sheldon, un científico matemático que crea una nueva rama de la ciencia, la psicohistoria (combinación de historia, psicología y estadística), que permite y a través de cálculos matemáticos predecir el futuro de las sociedades. No el futuro individual, sino el de masas, con una exactitud increíble.
Con esta posibilidad, y teniendo como base el deseo de hacer el bien, Sheldon pudo anticipar hechos futuros gracias a la psicohistoria y pudo actuar en su presente o dar órdenes futuras (aún años después de muerto) para prevenir grandes daños o mejorar el bienestar de la humanidad toda.
Cuando se habla de estrategia, de gerenciamiento y del rol del CEO en una empresa, gran parte de su tiempo es llevar a rienda corta el presente, pero también envisionar el futuro.
Un futuro incierto para los estrategas, no tan claro como pudo lograr Hari Sheldon a través de cálculos matemáticos. Seguramente con el análisis de su lado, pero también con el olfato, intuición y apetito por el riesgo que significa tratar de predecir hoy lo que va a pasar a futuro. Pero no solo envisionar: sino actuar como lo hacía también Sheldon, mover las fichas hoy de ese gran tablero futuro (pero sin la certeza de la psicohistoria).
¡Cómo le facilitaría la vida a los gerentes contar con esta ciencia de verdad! Pero como dijimos es pura ciencia ficción. Por ahora, el futuro es impredecible (para la vida y para los negocios).