

El otro día vi la serie “Espartanos “ (la dan por Disney +). La serie refleja una historia que ya conocía, pero que viendo la serie refuerza su transcendencia e impacto.
Espartanos es el nombre que recibe el equipo de rugby formado por presos internos en una cárcel de la provincia de Buenos Aires (San Martín) y todo lo que ocurrió desde la idea inicial, las dificultades y pormenores en su desarrollo, hasta el presente del formato en la actualidad.
La iniciativa no deja de ser controversial. Sin embargo los números son impactantes: el % de reincidencia es del 5% (en gral es del 65%) y el formato se extendió a 60 unidades penales en 7 países. Es más, hoy existen también Las Espartanas.
Detrás de esta historia hay un abogado, Eduardo ‘Coco’ Oderigo, quien pensó, lideró y llevó este proyecto a la realidad de hoy.
Hay algo en la historia que refleja muy bien la serie, que es un ejemplo gerencial y que da cuenta del título de la nota. Fueron innumerables todas las resistencias, todos los NO, todas las trabas que rodearon siempre al proyecto. Y Oderigo, a pesar de todo, iba, no claudicaba. No había forma de detenerlo: como un full back lanzado en carrera o un ala desprendido del scrum… Odorigo no se dejaba estar. Seguía, iba, continuaba, empujaba, molestaba, retrocedía e iba por otro lado, usaba la picardía y algunas mentiras piadosas, pero nunca abandonaba o se quejaba.
“Va, va, va”, es el reflejo de una actitud ejemplar y copiable. En el campo gerencial como en la vida.
Más allá de la serie, hay testimonios reales que valen la pena ver y escuchar.