¡Cuánto se ha escrito, impreso y leído sobre líderes y liderazgo! Cual libros de autoayuda, pululan los libros que te dicen, cuentan y guían y te asesoran sobre cómo llegar a esa cumbre olímpica de ser un LIDER. Ser y consagrarse como líder fue siempre la instancia futura ideal de cualquier manager que siga una carrera profesional en management.
Sin embargo… algo parece que está cambiando…
Lo que se estila, pregona y se instala hoy, es trabajar distinto, en forma más cooperativa y colaborativa, en círculos de trabajo multidisciplinarios, con mayor horizontalidad y menor jerarquía de tareas y procesos. En un universo de mayor igualdad y compañerismo, donde el grupo es el que en definitiva predomina y donde la opinión de todos es más importante que la individualidad.
¿Dónde encajan los líderes en esa tendencia de trabajo?
El líder tradicional que se erigía como gran guía de todo lo que se hace, pasa a segundo plano. Un plano más de facilitador que de última palabra. Una guía desde el llano y no desde la cima. Un compañero codo a codo, que no es el dueño de ninguna palabra (ni la primera ni la última) sino de la palbras “justa”.
¿Sigue siendo este ”líder no más líder” clave para el éxito del trabajo? Por supuesto, se sigue necesitando a aquel que tome decisiones, que vele porque cada uno de lo mejor que sí, y que tenga lo que tenga que tener para avanzar asumiendo riesgos. Eso no se altera. Lo que se modifica es la forma en que se da en la práctica. Deja de ser un director al frente con la varita en la mano, para ser un músico más, con un instrumento y partitura particular.
A los líderes de ayer, les damos las gracias por los servicios prestados. A los líderes de hoy, bienvenidos, ya que son más que necesarios para el desarrollo pronto y oportuno de todo lo que hagamos. El presente (futuro) de los negocios así lo impone.