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Samba del NO marketing

 

¿Conviene o no conviene hacer publicidad en el Carnaval de Brasil?

La siguiente noticia me la compartió Rudolf Rosas desde Brasil (www.flunger.com), amigo y también consultor.  Se las transcribo tal cual me la envió él, dado que se explica por sí sola.

Diego, ¿Como estas? No sé si llegaste a ver pero aquí en São Paulo se armó una trifulca al momento de finalizar las evaluaciones de los desfiles de samba y escoger a la escuela de samba campeona. Unos fanáticos descontentos entraron en el área reservada de los jurados y causaron una serie de destrozos.  Lo interesante es el impacto de este episodio en las marcas patrocinadoras de las escuelas de samba. Me pareció un asunto interesante para tu newsletter. Anexo la noticia en portugués narrando la situación de Transitions (www.transitions.com.br), que es una marca de lentes de los EEUU que patrocinó por la primera vez una escuela de samba. Lamentablemente el exposure que dieron a la marca fue pésima. Saludos.

Les copio el video de lo sucedido (los primeros minutos lo explican en detalle. Como verán uno de los delicuentes tiene puesta todo el tiempo y se ve muy notoria la marca del auspiciante Transitions.

¿Qué nos deja este caso? Sponsorear puede ser una tarea muy fácil y beneficiosa. Sin embargo, puede traer consecuencias negativas si no se evalúan bien como y donde va a ser expuesta nuestra marca. La gente de Transitions lo ha aprendido con creces.

A continuación les comparto el link a la nota original en portugués completa.

O que os patrocinadores do Carnaval acharam da confusão

¿A quién le importa?

Esta nota fue publicada por la Universidad de Palermo.

Las empresas al estructurar sus servicios, definen una serie de pautas que le son fundamentales y pilares de la propia prestación. Se determinan procesos, se dividen tareas, se concilian métricas y hasta se siguen protocolos específicos (como las normas de certificación) que dan validez de todo lo actuado. Todo este trabajo e inversión, con vistas a cumplir con lo prometido y brindar a sus clientes un servicio diferencial. ¿Estamos de acuerdo con esta forma de actuar? POR SUPUESTO. ¿Alcanza? NO.

¿Por qué no? Porque con esta forma de proceder (que de paso, muy ausente aún en muchas empresas), lo que definimos son las pautas estándar de una atención prolija y suficiente. Pero el devenir de un negocio requiere mucho más que eso. No todo se puede encapsular (cuál mostrador de comida rápida) en 2 o 3 variables de servicio dentro de un par de combos cerrados. La cantidad de interacciones, la intensidad de las mismas y la inmensidad de detalles que nutren el servicio son tales que querer estandarizar todo en procesos y normas suena a una utopía griega.

Dicho esto, y lo que complejiza más las cosas, es que los clientes son especialmente agudos al detectar falencias. Son mínimas a veces (otras no), pero son lo suficientemente presentes para molestar. Ejemplos son el teléfono que no se contesta rápido cuando llamamos a servicio al cliente, el desorden en un local cuando entramos a comprar ropa, las cajas vacías al mediodía en un banco lleno de gente, la cortina de baño que le falta una arandela en un hotel supuestamente de nivel, el personal que no responde a nuestra consulta aún insistiendo, el reclamo realizado ante un call center sin respuesta (a pesar de nuestra ansiedad), la falta de interlocutores válidos ante un pedido urgente…etc. Pero hay otros ejemplos en principio menores: por ejemplo, un letrero roto, una pared manchada o falta de sillas suficientes para una sala de espera. En estos ejemplos, parece que NADIE se preocupa porque es imposible estandarizar hasta ese detalle y NADIE se toma el trabajo de mirar las cosas desde los ojos del que importa: el cliente y tratar de resolverlo.

Todos estos ejemplos nos llevan entonces hacia otra categoría, a un nivel superior de la mera definición de estándares o indicadores de servicio: el cuidado real por el cliente y su experiencia. Este cuidado al que hago referencia, es el extra que debemos hacer, el esfuerzo no escrito por satisfacer muchas veces lo no contemplado previamente.

Lo crítico de esto, que a pesar de su descuido, tiene mucho sentido para los clientes. Lo increíble de todo esto, que este cuidado superior y extra, es muchas veces lo que termina haciendo la diferencia de cara al cliente. Lo demás, pasa a ser superfluo. Es este sentimiento de “dan más de lo que se les pide” es la coronación de un servicio básico con el agregado de un extra valioso más allá de lo normado.

El empresario unipersonal lo sabe y lo hace, cuando brinda su celular a su cliente y le dice “llámame cuantas veces haga falta”. Pero es más difícil estructurarlo cuando hablamos de empresas grandes y complejas; sin embargo, es necesariamente competitivo el desarrollarlo.

Ahora bien, ¿cómo lograr que este cuidado extra se arraigue y se hago norma en una organización? Es un cocktail de varios ingredientes. Esto abre un capítulo de excusas: que es un tema cultural, que la gente no tiene tiempo, que no damos abasto, que hace falta capacitación, etc. Todo muy cierto, pero son excusas. Si me permiten compartir una pista, el ejemplo empieza por casa y por los máximos responsables. Así como en los hogares los chicos aprenden de los padres, en las empresas grandes los empleados aprenden de los jefes, empezando por el Número 1. El gerente general debe ser el “paladín” del cuidado extra sobre el servicio y un obsesivo por los detalles. Es el máximo responsable, quien a través del ejemplo propio (y la valorización genuina y sincera de quienes hacen lo mismo que él), el que debe inculcar ese cuidado extra sobre lo que hacemos y brindamos.

Puede ser frustrante al principio y con un eco mínimo inicial, pero gratificante en el mediano plazo si somos lo necesariamente constantes. Los clientes lo van a agradecer.

Eye Tracking y el marketing

Eyetracking (seguimiento de ojos) es una técnica que permite identificar donde posa su mirada (donde está mirando) una persona o el movimiento del ojo en función de su cabeza (mediciones biométricas), utilizándose imágenes de video. Esta técnica la utiliza la ciencia médica, la psicología, y por supuesto también el marketing.

El GrupoM  realizó un estudio más que interesante en Colombia. Utilizando el seguimento de ojos, encaró el primer estudio de Publicidad Exterior de Latinoamérica, midiendo así el impacto de esta herramienta comunicacional en los consumidores.

Vean un ejemplo de la medición del estudio.

Lo más interesante del estudio, son algunas conclusiones a las que ha arribado:

– la publicidad exterior se convierte en un medio de entretenimiento para la gente, dado que  a nivel cerebral las personas que viajan (especialmente en los medios públicos) se encuentran en un estado de “alta atención” para observar todo lo que pasa a su alrededor. Esto hace que la publicidad exterior logre efectividad e impacto en el recuerdo de las marcas.

– en términos generales, una marca cuenta con 0,85 seg.(menos de un segundo), para lograr impactar a sus consumidores. Este es el tiempo promedio que una persona fija su atención en una pieza publicitaria exterior.

–  el 84% de las personas observa al menos una pieza publicitaria durante un recorrido promedio de 20 minutos, evidenciando una alta disposición a este tipo de publicidad. Asimismo, cada persona observa 1 de cada 3 piezas que encuentra en su recorrido.

–  el 60% de las marcas observadas en un recorrido promedio son recordadas y en un 76% esta recordación es correcta, evocando aspectos relacionados principalmente con imágenes (67%)

–  tanto hombres como mujeres presentan un comportamiento similar hacia la observación de este tipo publicidad, sin embargo, a medida que las categorías de productos son más afines a cada género, incrementa su impacto en términos de recordación.

Interesante,¿no?.Un ejemplo más de la conjunción natural de tecnología, neurociencia y marketing.

Nuestro Producto es el mejor

Hace unos meses y en la charla con un potencial cliente, uno de los presentes en la reunión (el encargado de Ventas, precisamente), al avanzar sobre la empresa, su actividad y el marco competitivo, acotó diciendo que “Tenemos el mejor producto del mercado”. Mi respuesta ante semejante aseveración fue: “Te creo, pero ¿existe alguna empresa de tu sector que no diga lo mismo de su producto?”. La respuesta fue un silencioso asentimiento.

Esta pequeña anécdota describe tal vez el gran desafío de las empresas hoy y de su marketing.  Las empresas todas tienen buenos productos (muy similares) y esta paridad las lleva a presentarse todas como la mejor solución/producto/beneficio. No es que mientan, pero todas aseguran (basados en su propia certeza y confianza) que son las mejores. Es una mezcla moderna de realismo fáctico y discurso comercial necesario.

Esta situación complejiza al marketing, porque lleva todo a fojas cero; el consumidor ve todo y a todos “IGUALES”, sin poder resolver racionalmente la diferencia y tomar partido. Todo le es parecido, todos son iguales, todos son mejores.

Ante los oídos de los consumidores y clientes, está paridad lleva la discusión (y la decisión) a otros lares. Es decir, ante la misma oferta, las variables definitorias pasan por el precio (con grandes prejuicios), por los descuentos, por las promociones, la referencia de un tercero (que no siempre tiene que ser objetiva) o la marca (si es que existe como tal).  O la suerte, la casualidad o el destino.

En definitiva, está bueno creer y presentarnos como el mejor producto o solución del mercado. Mucho mejor, si hemos trabajado mucho para serlo. La mala noticia es que hoy con decir tener el mejor producto, NO ALCANZA.

¿Comprado o vendido?

Tradicionalmente, los productos, o se compran o se venden.

El agua, la leche, los pañales, las golosinas, el combustible, son ejemplos de productos que son comprados por los consumidores.  La estrategia de marketing resultante es una mezcla de branding + distribución: una presencia marcaria a crear en la percepción de los clientes y mucho producto a disposición en distintos puntos de venta “cercanos” al consumidor (incluyendo telefónicos o digitales). Una estrategia más pasiva desde lo comercial, en términos de la búsqueda del consumidor y su compra.

Otros productos no son comprados, sino que requieren ser vendidos.  La publicidad, la gestión de marca o la distribución cercana, no me garantizan el buen negocio. Los clientes no vienen solos a comprarme, sino que tengo que hacer un esfuerzo extra para que el producto sea colocado. Hace falta la presencia de un vendedor que presione (push) al consumidor, lo busque, lo interrumpa, lo convenza, lo persiga y cierre finalmente la ansiada venta. Los seguros de vida son un clásico ejemplo, pero hay muchos otros ejemplos de productos donde sin esta actividad vendedora, el producto NO tendría éxito. Sin una estrategia activa y agresiva de “salir a buscar al cliente”, las ventas no suceden.

Lo complejo de la situación actual, es que estos 2 silos (productos que se compran y productos que se venden) no son estáticos como parece. Dicho de otra forma, se puede generar valor si desplegamos estrategias de compra y venta simultáneas para una misma categoría de producto.

Un ejemplo de ello son las tarjetas de crédito. Lo que en sus inicios fue una estrategia pasiva (a través de sucursales y su cercanía geográfica), hoy por hoy dependen fundamentalmente de la maquinaria de marketing directo que trabaje sobre la cartera de clientes y logre empujar la venta cruzada. 

¿Su producto, se compra o se vende? ¿Si se compra, existe margen para ser más exitoso incorporando estrategias más agresivas comercialmente? ¿Si se vende, hay espacio para sumar branding o acciones pull como medio de facilitar la acción comercial y tentar a los clientes directamente?

En un mundo tan cambiante como el de hoy, el desafío al status quo es parte del trabajo marketinero.

Mapping 4D

La tecnología de Mapping 4D (proyecciones 3D sobre edificios) no es nueva. Sin embargo lo que puede ser novedoso es la creatividad que se puede generar gracias a esta tecnología.

Vean este ejemplo de Peugeot realizado en Río (Brasil) para su concepto Motion & Emotion.

Marketing ha utilizado y con éxito esta tecnología, dado que logra efectos que no pueden ser descartados, como es la admiración, el agrado y la sorpresa en sus consumidores. Impactos positivos que suman a la marca y a su recuerdo/asociación con ella.

Una vez más … táctica vs. estrategia

No hace mucho y hablando con un alto directivo de una empresa, me confesó en un suspiro: “es el día de hoy que aún no me queda muy claro la diferencia entre táctica y estrategia”. ¿Es posible? ¿Puede ser cierto que aún hoy existan dudas sobre su diferencia? Definitivamente, porque son conceptos relacionados y no siempre bien explicados (o ejemplificados).

Convivimos día a día con la táctica. Táctica es la acción, el detalle. Es una fortaleza indudable, cuando se dice que una organización tiene “poder de delivery”. Le da riqueza, contenido al “que hacer”, le da certeza y posibilidad de ejecución. Una empresa con poder táctico tiene asegurado mínima presencia notoria en un mercado, como resultado de su propia dinámica hacedora. La táctica es oportunista, tiene un horizonte cierto (cortoplacista) y tiene intrínseco el resultado (consecuencia de la acción) como parámetro de su desempeño y medida. La táctica es intuitiva, define rápidamente una alternativa a seguir y sobre ella se basa (autoconvencidos y convenciendo a otros). La táctica se guía más que nada por impulsos, donde la duda o la espera tienen poco margen.

¡Viva la táctica! ¿Qué se le puede criticar entonces a una empresa que desarrolla su accionar táctico eficientemente? NADA, sólo si no se la confunde con estrategia.

¿Por qué? Porque la táctica necesita de la estrategia. Se complementan. La estrategia no es intuitiva u oportunista, sino analítica y racional. Toma decisiones, pero contemplando siempre distintas opciones (alternativas) y basando elecciones en función de criterios definidos (para justificar esa escala de opciones).

La estrategia necesita tiempos y no urgencias, y el tiempo para el análisis abre el abanico de pros y contras, permitiendo ver el más allá, y detectar cosas que la táctica no contempla. La estrategia llega a diagnósticos más severos que la táctica, donde el marco de referencia no se desarrolla sólo superficialmente como en la táctica, sino necesariamente con mayor profundidad. La estrategia incorpora el criterio del peligro y del riesgo (y su evaluación), y por ende los valores de prudencia y orden. El entendimiento de los problemas y las causas se anteponen a la solución, para luego seguirle la decisión más apropiada.

Mientras que la estrategia sigue la secuencia “reflexión- acción”, la táctica sigue la secuencia acción-justificación”.

¿Es entonces lo MISMO estrategia y táctica? Por supuesto que no. Ambas son necesarias y ambas son importantes (más allá que la estrategia puede sonar más “cool”). Son aspectos distintos que deben ser contemplados y que se enriquecen de su complementariedad y no de su antagonismo. Estrategia sin táctica, no actúa. Táctica sin estrategia, suma mayores riesgos a su acción.

Ah! Sólo como perlita, para aquellos que quieren recordar el post ¿Táctica o Estrategia? basado en la definición que hizo el genial autor uruguayo Mario Benedetti y publicada en esta página en el 2010.  https://marketingyestrategia.com/noticia/137/tactica-o-estrategia

Los 4 fantásticos

Recientemente salió publicada una nota en el diario alemán Der Spiegel bajo este título. Me pareció muy interesante y se las comparto:

“Los 4 fantásticos: Google, Apple, Amazon y Facebook.

Google representa el conocimiento total, el valor de la empresa ya alcanza los 200 mil millones de dólares. Apple representa la total movilidad. Vale 360 mil millones de dólares. Facebook es la transparencia total (con todos los datos nuestros que tiene…) Su valor es de 100 mil millones.  Amazon describe la total disponibilidad: sus productos están fácilmente al alcance, y tiene un valor de 90 mil millones (valoraciones todas a diciembre de 2011).

El cosmos digital se lo han repartido claramente entre Apple, Google, Facebook y Amazon. Cada uno creó sus mercados particulares, se posicionaron sin tener que confrontarse. Pero ahora comienza la lucha, comienza la era salvaje de robarle mercado los unos a los otros. Cada uno de estos cuatro fantásticos de la era digital, le ofrece a sus usuarios un pedazo de confort. Y a cambio le quita otro de libertad“.

¿Cuál será la filosofía que se impondrá? Pues más que una lucha deportiva entre competidores esto parece desembocar en la victoria de una filosofía de empresa sobre la de su oponente. Amazon y Apple representan sistemas cerrados que, en lo posible, ya no desearían soltar al cliente. La filosofía de Google es algo esquizofrénica ya que la compañía necesita de una red libre pero, por otra parte, gusta de quedarse los datos de sus usuarios de forma exclusiva. Y Facebook significa finalmente despedirse de la privacidad y disolver la red en lo totalitario. No sorprende, pues, que nadie se fíe de nadie, todos acechen a todos y que, incluso, exista odio entre ellos.

Especialmente entre Google y Facebook: la lucha es por el usuario normal de internet. Para estas corporaciones, éstos son como lechugas, no clientes, pues los usuarios no pagamos por sus servicios. Los clientes reales de Google, Facebook y compañía son las empresas que se anuncian en ellas. Y estas empresas nos compran a nosotros, nuestra mirada y atención. Nosotros somos el producto. Igual que quien planta lechugas, Google y Facebook desean que sus usuarios estén bien. Que sigan sanos, que se hagan grandes y que lleven una vida placentera de lechugitas. Menos cuando llega la cosecha. Allí se acabó la buena onda y surgen los verdaderos intereses económicos. “

¿Quién triunfará? No sabemos, pero sí es cierto que la situación donde cada uno respetaba su espacio y negocio ha cambiado. Este pacto de casi no agresión, se comienza a desdibujar y se inicia uno nuevo más intenso y tenso, donde esperemos “gane” el consumidor. 

Lo que me dejó el libro de Steve Jobs

Hace unos meses escribí la nota “Lo que me dejó Steve Jobs“. Luego de escribirla, me aboqué a leer su biografía escrita por Walter Isaacson. La leí con atención, además de ser mi primera experiencia de leer un libro entero en formato digital.

El libro es muy entretenido y muy recomendable. Lo que me gustó es el enfoque que le dió el autor a la vida de Steve Jobs. Salió del encasillamiento puro en que podía haber caído. Al estilo “hollywoodense” se podría haber armado una historia sin fisuras: un chico dado en adopción, crecido dentro de la onda de los 70 (hippie y amigo de las drogas), que logra crear una empresa de computación como Apple desde su garage, pero que luego es injustamente echado por la misma empresa que él creó. Sin embargo, renace de sus cenizas, crea 2 empresas nuevas exitosas como Pixar y Next, y la vida le da revancha, porque la misma empresa que lo echó le pide que vuelva, retomando el camino del triunfo, abriendo además un capítulo fascinante con el cambio de estrategia y la creación del trío Ipod, Iphone y Ipad. Finalmente, muere de cáncer sin dejar de batallar por su vida y sin abandonar la empresa hasta sus últimos días.

Pero el libro me sorprendió porque no se queda en esta historia. Es más, el libro es muy crítico de Steve Jobs como ser humano. Lo describe como una persona con trastornos de personalidad, brillante y obsesivo, con rasgos perversos y terriblemente difícil de tratar. Con una vida personal bastante miserable, despectivo con sus padres adoptivos, padre ausente y sin sentido de familia. En mi opinión, es una radiografía de un hombre que no fue feliz.

Destaqué a lo largo de su lectura muchas cosas relacionados con el marketing y los negocios. Les copio algunos párrafos que me parecieron significativos:

(pag. 458) «A partir de la campaña de «Piensa diferente» y a lo largo del resto de sus años en Apple, Jobs celebraba una reunión informal de tres horas todos los miércoles por la tarde con sus principales responsables de publicidad, marketing y comunicación, en la cual hablaban de estrategias de imagen. «No hay ningún consejero delegado en todo el planeta que se ocupe del marketing de la forma en que lo hace Steve —aseguró Clow—. Cada miércoles aprobaba un nuevo anuncio de televisión, prensa y vallas publicitarias». Al final de la reunión, a menudo se llevaba a Clow y a sus dos compañeros de la agencia —Duncan Milner y James Vincent— al estudio de diseño de Apple, celosamente vigilado, para que vieran con qué productos estaban trabajando. «Se apasiona mucho y se vuelve muy emotivo cuando nos muestra los proyectos en desarrollo», comentó Vincent. Al compartir con sus gurús del marketing su pasión por los productos a medida que se iban creando, era capaz de asegurarse de que casi todos los anuncios creados estaban imbuidos de sus emociones

(pag.  461) «Descubrí que la mejor innovación es a veces la propia empresa, la forma en que la organizas —recordaba—. Todo el proceso de construir una compañía es fascinante. »

(pag.  464) «Decidir qué es lo que no se debe hacer es tan importante como decidir qué se debe hacer —comentó—. Esto es válido para las empresas y es válido para los productos»

(pag 512). «Jobs tenía un control completo y absoluto de toda la experiencia relacionada con sus productos, desde su diseño hasta la forma en que se vendían».

(pag. 559) «Si no te entusiasma algo, entonces no vas a dar un paso más de lo necesario, no vas a trabajar ni una hora de más, no vas a tratar de poner en duda el statu quo. »

(pag. 561) «Jobs no organizó Apple en departamentos semiautónomos. Él controlaba de cerca todos sus equipos y los obligaba a trabajar como una empresa unida y flexible, con un único balance final de ingresos y gastos. «No contamos con “divisiones” con sus diferentes estados de cuentas —afirmó Tim Cook—. Tenemos un único balance para toda la empresa»

(pag 631). «En lugar de animar a cada grupo a que dejara que las líneas de productos proliferasen de acuerdo con las consideraciones de marketing, o de permitir que florecieran un millar de ideas, Jobs insistía en que Apple se centrara únicamente en dos o tres objetivos prioritarios al mismo tiempo”.

(pag 679) «Lo más difícil de escribir acerca de los productos de Apple es que vienen envueltos en un montón de bombo publicitario —escribió Lev Grossman en Time—. El otro problema a la hora de escribir acerca de los productos de Apple es que en ocasiones todo ese bombo resulta ser cierto».

Por último, descubrí gracias al libro la campaña publicitaria del Ipod que no conocía y me pareció genial. Les copio uno de las piezas (fantásticas desde lo conceptual y visual) , y la segunda … es una sorpresa.

Reconocimiento facial y el marketing

El reconocimiento facial es una tecnología que permite distinguir e identificar caras, en función de la captura de una imagen digital y su comparación con una base de datos (de caras obviamente) preexistente. Esta tecnología permite así identificar rostros y personas.

Marketing ha “captado” esta tecnología, para utilizarlo en acciones concretas con sus clientes. Y a veces en forma muy creativa.

Vean este ejemplo. Para el lanzamiento de una nueva línea de productos (gelatina) para adultos, la marca Jell-o Temptations desarrolló un dispositivo de muestras gratis SOLO para gente adulta. Y gracias a la tecnología, la misma puede distinguir si el consumidor potencial es un adulto o no, y si es demasiado joven, denegarle el postre.

Este dispositivo se incluyó estratégicamente en el Shedd Aquarium de Chicago con el fin primario de llamar la atención de los … niños. Es así, son ellos los más proclives a probar e interactuar con la tecnología, y el hecho de denegarles el premio, una excusa magnífica para que llamen a sus padres y prueben ellos.

Un ejemplo de una nueva segmentación (discriminación) de la mano de la tecnología.

El principio del Hándicap

El principio del Hándicap fue enunciado en el año 1975 por Amotz Zahavi y surge de la biología.

Se basa en el comportamiento animal, siendo el mejor ejemplo el del pavo real.  El principio indica que los animales dan señales, con vistas a reafirmar lo bueno. En el caso del pavo real, el macho al llevar semejante plumaje le indica a su hembra que está en perfecto estado de salud  (para poder soportar su peso) y por ende altas chances de supervivencia (más atractivo en consecuencia!). Ahora bien, para que esta señal sea honesta, debe acarrear un costo: en este caso, el incordio que representa tener que llevar este plumaje siempre.

¿Qué tiene que ver este principio con el marketing?  Al igual que el pavo real, las personas también dan señales, con vistas a aparentar y reafirmar percepciones. El usar ropa de marca y status es un buen ejemplo; pero no es gratis, tiene un costo: el precio a pagar por esas marcas caras. ¿Vale la pena entonces vestirse bien? ¿Tiene impacto el usar ropa de marca en la percepción de la gente?

La Universidad de Tilburg (Holanda) realizó una serie de experimentos para entender si el comprar ropa de marcas caras influye en la percepción de los demás. Los resultados fueron:

En un shopping center se pidió a los clientes contestar una serie de preguntas. Si el entrevistador llevaba una remera sin logo lograba un 14% de respuestas positivas. Si portaba la misma remera pero con la marca Tommy Hilfinger, lograba un 52% de aceptación

Otro experimentó obligó a jóvenes a llamar a las puertas de las casas para pedir donaciones para una fundación. Aquellos que llevaban una remera Lacoste recibieron un 80% más de donaciones.

¿Suena muy descabellado? Por supuesto que NO. Como la biología, el marketing y las marcas dan señales a quienes las portan. Y su impacto puede trascender la propia estima o el ego, sino que puede influir en la visión de otros. Es el principio del hándicap, que tan bien se aplica a la biología, y que puede aplicarse también al marketing. 

SIRI

Si tienen un I-phone 4S, ya saben de que les hablo.

Sino, les comento que la tecnología SIRI es el gran desarrollo de ese nuevo producto lanzado el año pasado. SIRI es un asistente personal incluido en el telefóno, que permite a través del reconocimiento de voz y en forma inteligente realizar múltiples funciones y responder a distintas inquietudes del usuario.

¿Quieren ver cómo funciona? Les comparto esta publicidad navideña, donde quien mejor que Santa Claus para mostrar cómo funciona

No crean que es pura fantasía: tuve la oportunidad de ver como funciona en persona, y es tal cual como lo muestra el video. El futuro ya.

La verdadera responsabilidad empresaria

RSE (responsabilidad social empresa) es una de las prácticas empresariales no tan antigua, pero que ha ganado protagonismo en las empresas en los últimos años. En su esencia y como las siglas lo indican, esta práctica engloba las distintas actividades de carácter social que realizan las empresas con vistas a contribuir a una mejor calidad de vida, y ayudar en aspectos críticos donde hace falta trabajo o inversión (desde la construcción o equipamiento de escuelas, la ayuda a comedores o las donaciones a hospitales o centros comunitarios). La lista es larga y las empresas de distintos tamaños u origen han abrazado estas causas con dedicación y consistencia. ¡Bienvenido el esfuerzo y la preocupación social!.

Dicho esto, el primer planteo que siempre nace es el carácter comunicacional o mediático que deben tener este tipo de acciones. ¿Son prensables? ¿Son acciones para comunicar y hacer branding? ¿O son para mantenerlas puertas adentro, bajo la filosofía “no hacemos RSE para hacer marketing”? Se presenta así un dilema que las empresas han resuelto en forma dispar: algunas han privilegiado el bajo perfil o a lo sumo lo han comunicado internamente; otras las han usado como un elemento más de construcción de imagen, y son consideradas y comunicadas sin límites o filtros.

Este dilema no resuelto no es lo más importante. El tema es mucho más profundo y no se refiere a las acciones satelitales de RSE que se puedan encarar. Se refiere a la esencia misma de la actividad y a la responsabilidad social del negocio principal. ¿Cuál es el verdadero espíritu de responsabilidad social de las empresas?

Surge entonces un conflicto más profundo, de difícil diagnóstico o más controvertida solución. Todos sabemos que las empresas tienen espíritu de lucro, y que sus dueños (unipersonales, socios, accionistas de empresas públicas, etc.) sin excepción buscan rentabilidad y ganar dinero con la actividad desplegada. También es cierto que esta búsqueda contribuye favorablemente a la sociedad y que ambos se ven beneficiados.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando la actividad desplegada se enfrenta con un dilema de responsabilidad social y que atente contra la posibilidad de obtención de rentabilidad? ¿Qué factor predomina? ¿El social o la rentabilidad? ¿Es viable en el mundo de hoy, encontrar ejemplos de empresas que decidan sacrificar ganancias para cumplir algún cometido social importante? ¿Dónde está la fina línea entre el interés privado y el interés social o público?

En estas preguntas está la clave de la verdadera responsabilidad social de las empresas. Las empresas realmente se ponen en conflicto cuando el interés social se contrapone con el lucro puro. Son situaciones donde la regulación o el estado no son los factores de decisión, sino que el camino a seguir surge o debe surgir desde la propia misma empresa.

En esta contraposición, es donde se muestra y transparenta la verdadera responsabilidad social de la empresa. NO en las acciones RSE, sino en el accionar empresarial donde lo social juega un rol de peso (aún pudiendo sacrificarse intereses o lucro).

Half Time

Half Time (medio tiempo) se llama en el fútbol americano a los minutos en el medio un partido que se toman los jugadores para descansar. Este tiempo es especialmente famoso en el partido del Super Bowl, porque son los minutos donde se comparten publicidades (las más caras y más celebradas).

Este año, y bajo el mismo título, Chrysler produjo un aviso donde el protagonista es Clint Eastwood, y que comparto a continuación.

 


Fue uno de los más celebrados, logrados y que mejor repercusión tuvo en la gente. Usando la analogía con el medio tiempo del partido, el actor en su voz en off comenta que también el país se encuentra en un momento de descanso, y que al igual que Detroit, es momento de levantarse y ganar el resto del partido que queda.

¿Por qué lo destaco? Porque es un ejemplo claro de branding. Fijense que los logos son apenas identificados al final. El comercial (muy caro se imaginan) no habla de productos ni de ofertas. Sólo mensajes, asociaciones y emoción.

Facebook, Twitter… ¿Pinterest?

Si Ud. pensaba  que ya había suficientes Redes Sociales,  que no había espacio para ninguna nueva … tal vez se equivocó … porque ha surgido una nueva red social con mucha fuerza . ¿Su nombre? www.pinterest.com

Pinterest es una pizarra virtual que permite crear un collage de imágenes (fotos y videos), compiladas y organizadas como si fuera un álbum. Las imágenes pueden ser propias,  o tomadas de la web o de otros usuarios, y el posteo de las mismas se llama “pinning” (de ahí el origen PIN del nombre).  Es muy sencilla, bien visual, y se encuentra integrada a las redes sociales tradicionales como Facebook y Twitter. No es libre, sino que se accede sólo por invitación.

Algunos números: 11 millones de usuarios mensuales (creciendo). Pinterest ya se encuentra entre las 100 páginas con más tráfico del mundo, y quinta entre las redes sociales. Más de 100 marcas ya están presentes activamente.

¿No le interesa? ¿No hay lugar para incluir una red social nueva en su estrategia de marketing digital?  Entonces, Pinterest no es para Ud.  Ahora bien … si en el futuro está red llega al podio junto a las otras … recuerde que lo leyó primero en ww.marketingyestrategia.com. Wink

Starbucks y el matrimonio gay

¿Qué tienen que ver Starbucks con el matrimonio gay? Yo me preguntaba lo mismo, hasta que leí la siguiente nota:

 

“La cadena de cafeterías Starbucks se ha manifestado a favor de la ley del matrimonio homosexual. Según informa el diario The Seattle Times, la multinacional ha emitido un comunicado oficial en el que su vicepresidente ejecutivo, Kalen Holmes, respalda esta legislación porque se trata de “el núcleo de lo que somos y lo que valoramos como una empresa. Nos sentimos orgullosos de unirse a otros empresarios del estado de Washington para apoyar esta ley”.

En la construcción de marcas, y al definir aquellos elementos que hacen a la vitalidad y grandeza de las existentes, surge siempre el factor de que las marcas “deben” tomar partido. Fácil de decir, difícil de encontrar, son pocos los ejemplos que encontramos donde las marcas toman decisiones tan radicales. Acá tenemos un ejemplo.

Las marcas transitan muchas veces distintos caminos en su recorrido marcario. En la mayoría, los caminos son mayoritariamente conservadores y convencionales. Son caminos donde los valores son políticamente correctos o universalmente plausibles. La RSE (responsabilidad social empresaria) es uno de ellos. ¡Qué público puede cuestionar la ayuda a un comedor o la asistencia social o sanitaria!.  Pero en su pulcritud, se encuentra muchas veces también la causa de su poca trascendencia. Por más valorado o correcto que pueden ser estas acciones, pecan tal vez de un único pecado: su conformismo y falta de riesgo.

El camino inverso es el del ejemplo de Starbucks. Podemos coincidir o no con la decisión tomada o sobre el hecho de si le corresponde o no tomar estas decisiones a una empresa. Pero lo que no podemos cuestionar es que este ejemplo es una demostración clara del camino que se le pide a las empresas: tomar partidos, expresar ideas y posturas, compartir opiniones y sobre todo estar presente en los temas que la gente habla y le importa.

Si uno se pregunta entonces porque algunas marcas son lo que son, y porque tienen la consideración del público que otras no despiertan, en ejemplos como éste seguramente tendremos parte de la respuesta.

Marketing por TUTE 2

A pedido del público … más de TUTE, el humorista gráfico que les conté en el envio anterior.

La frase con que se inicia “¿Todavía no tenes el I-Pad”?…es muy real. TUTE, con un criterio “crítico” enfundado en un sano humor, refleja muy bien el consumismo y el marketing. Para disfrutar.

Marketing por TUTE

TUTE es un humorista gráfico argentino, muy reconocido y que publica una tira todos los domingos en La Nación. Es joven, muy talentoso y es hijo de CALOI, otro legendario humorista (creador del famoso Clemente).  Pueden saber más de TUTE entrando en www.tutehumor.com.ar

Este chiste que se inicia con “No tengo Medias …” y termina con “Uh, no era por las Medias“, me pareció brillante, y lo quería compartir. Resume muy bien por donde gira el marketing de hoy: estimular el deseo en una sociedad donde sus necesidades básicas se encuentran más que satisfechas. Espero que lo disfruten como lo disfrute yo.

¿A quién le importa?

Las empresas al estructurar sus servicios, definen una serie de pautas que le son fundamentales y pilares de la propia prestación. Se determinan procesos, se dividen tareas, se concilian métricas y hasta se siguen protocolos específicos (como las normas ISO) que certifican la validez de todo lo actuado. Todo este trabajo e inversión, con vistas a cumplir con lo prometido y brindar a sus clientes un servicio diferencial. ¿Estamos de acuerdo con esta forma de actuar? POR SUPUESTO. ¿Alcanza?  NO

¿Por qué no? Porque con esta forma de proceder (que de paso, muy ausente aún en muchas empresas), lo que definimos son las pautas estándar de una atención prolija y suficiente. Pero el devenir de un negocio requiere mucho más que eso. No todo se puede encapsular (cuál mostrador de McDonalds) en 2 o 3 variables de servicio dentro de un par de combos cerrados. La cantidad de interacciones, la intensidad de las mismas y la inmensidad de detalles que nutren el servicio son tales que querer estandarizar todo en procesos y normas suena a una utopía griega.

Dicho esto, y lo que complejiza más las cosas, es que los clientes son especialmente agudos al detectar este tipo de falencias. Son mínimas a veces (otras no), pero son lo suficientemente presentes para molestar.  Ejemplos son el teléfono que no se contesta rápido cuando llamamos a servicio al cliente, el desorden en un local cuando entramos a comprar ropa, las cajas vacías al mediodía en un banco lleno de gente, la cortina de baño que le falta una arandela en un hotel supuestamente de nivel, el personal que no responde a nuestra consulta aún insistiendo, el reclamo realizado ante un call center sin respuesta (a pesar de nuestra ansiedad), la falta de interlocutores válidos ante un pedido urgente…etc.  Pero hay otros ejemplos en principio menores: por ejemplo, un letrero roto, una pared manchada o falta de sillas suficientes para una sala de espera. En estos ejemplos, parece que NADIE se preocupa porque es imposible estandarizar hasta ese detalle y NADIE se toma el trabajo de mirar las cosas desde los ojos del que importa: el cliente y tratar de resolverlo.

Todos estos ejemplos nos llevan entonces hacia otra categoría, a un nivel superior de la mera definición de estándares o indicadores de servicio: el cuidado real por el cliente y su experiencia.  Este cuidado al que hago referencia, es el extra que debemos hacer, el esfuerzo no escrito por satisfacer muchas veces lo no contemplado previamente.

Lo crítico de esto, que a pesar de su descuido, tiene mucho sentido para los clientes.  Lo increíble de todo esto, que este cuidado superior y extra, es muchas veces lo que termina haciendo la diferencia de cara al cliente. Lo demás, pasa a ser superfluo. Es este sentimiento de “dan más de lo que se les pide” es la coronación de un servicio básico con el agregado de un extra valioso más allá de lo normado.  

El unipersonal lo sabe y lo hace, cuando brinda su celular a su cliente y le dice  “llámame cuantas veces haga falta”. Pero es más difícil estructurarlo cuando hablamos de empresas grandes y complejas; sin embargo, es necesariamente competitivo el desarrollarlo.

Ahora bien, ¿cómo lograr que este cuidado extra se arraigue y se hago norma en una organización? Es un cocktail de varios ingredientes. Esto abre un capítulo de excusas: que es un tema cultural, que la gente no tiene tiempo, que no damos abasto, que hace falta capacitación, etc. Todo muy cierto, pero son excusas. Si me permiten compartir una pista, el ejemplo empieza por casa y por los máximos responsables. Así como en los hogares los chicos aprenden de los padres, en las empresas grandes los empleados aprenden de los jefes, empezando por el Número 1. El gerente general debe ser el “paladín” del cuidado extra sobre el servicio y un obsesivo por los detalles.  Es el máximo responsable, quien a través del ejemplo propio (y la valorización genuina y sincera de quienes hacen lo mismo que él), el que debe inculcar ese cuidado extra sobre lo que hacemos y brindamos.

Puede ser frustrante al principio y con un eco mínimo inicial, pero gratificante en el mediano plazo si somos lo necesariamente constantes. Los clientes lo van a agradecer.

Revalorizando a Michael Porter

Michael Porter es uno de los grande gurúes de estrategia y sus libros se han vendido por millones. Es un clásico de la literatura de los negocios y un referente obligado para aquél que se inicia en el tema de management. Sin embargo, existen algunos preconceptos sobre sus ideas: que han pasado de moda, que ahora no aplican o sobre que es “material viejo”.

Con esto en mente, en diciembre del año pasado se publicó el libro Understanding Michael Porter: The Essential Guide to Competition and Strategy. Fue escrito por la profesora de Harvard Joan Magretta con el objetivo de “darle una nueva vuelta” a sus conceptos y entender su actualidad.

A continuación les transcribo un resumen de los principales conceptos a rescatar del nuevo libro. Los transcribo en inglés porque las traducciones son odiosas y creo que es la mejor forma de entenderlos.

  1. Competitive advantage is not about beating rivals; it///’s about creating unique value for customers. If you have a competitive advantage, it will show up on your P&L.
  2. No strategy is meaningful unless it makes clear what the organization will not do. Making trade-offs is the linchpin that makes competitive advantage possible and sustainable.
  3. There is no honor in size or growth if those are profit-less. Competition is about profits, not market share.
  4. Don///’t overestimate or underestimate the importance of good execution. It///’s unlikely to be a source of a sustainable advantage, but without it even the most brilliant strategy will fail to produce superior performance.
  5. Good strategies depend on many choices, not one, and on the connections among them. A core competence alone will rarely produce a sustainable competitive advantage.
  6. Flexibility in the face of uncertainty may sound like a good idea, but it means that your organization will never stand for anything or become good at anything. Too much change can be just as disastrous for strategy as too little.
  7. Committing to a strategy does not require heroic predictions about the future. Making that commitment actually improves your ability to innovate and to adapt to turbulence.
  8. Competing to be the best is an intuitive but self-destructive approach to competition.
  9. A distinctive value proposition is essential for strategy. But strategy is more than marketing. If your value proposition doesn///’t require a specifically tailored value chain to deliver it, it will have no strategic relevance.
  10. Don///’t feel you have to “delight” every possible customer out there. The sign of a good strategy is that it deliberately makes some customers unhappy.

Luego de leerlos, ¿les parecen anticuados? Sin duda, Porter y sus conceptos siguen teniendo la vigencia de siempre. En mi opinión, rescato efusivamente los puntos 3, 6, 9 y 10.  Gracias, Michael Porter.

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