Breaking Bad es ya hoy una serie de culto. De esas series de las que todo el mundo habla bien, aquellos que la vieron no dejan de elogiarla y extrañarla, y aquellos que no la vieron, mueren de intriga para entender por qué puede ser tan intrigante. Conocí tarde a la serie, ya cuando había finalizado. Pero gracias a Internet, la pude ver desde el inicio y hace pocas semanas la terminé de ver y me convencí de que todo lo que se decía … era cierto.
Ahora bien, ¿Qué tiene que ver Breaking Bad con el marketing? Inspirado por un artículo que me compartieron (gracias Gustavo!), creo que hay ciertos elementos de la historia que nos pueden enseñar o profundizar algunos conceptos del marketing.
(ah!, una aclaración: esta nota la entenderán solo aquellos que han visto la serie. Perdón al resto).
Calidad. Si hay algo que distingue al producto del profesor Walter White, es su calidad. Su cocina elabora un producto con una pureza del casi 100%. Calidad suprema, en un mercado que demanda productos pero no a ese nivel y donde un porcentaje aunque mínimo representa un montón. White es un obsesivo del producto, ha llegado a tirar producciones que no llegan a esa fineza y hasta se niega a trabajar sino se dan las condiciones mínimas de trabajo.
Imagen. Su producto es azul. Un azul único intenso, casi irrepetible, y que le da la significación de pureza que el producto vende. El color le sienta genial al producto, y el mercado busca ese color. En un capítulo ciertos competidores buscan copiarle el producto, llegan a obtener la misma pureza, pero no el color … lo que es entonces desechado.
Distribución. El profesor White tiene el producto, pero le falta algo: la distribución. Es muy consciente de que sin distribución no tiene nada, y la verdad es que los problemas de su negocio siempre estuvieron de la mano de la distribución. Sin distribución, un negocio como éste (olvídense del e-commerce!) no podría prosperar. Por eso la dependencia de otros que tan bien queda marcado en la serie.
Historia. No sólo producto, sino una historia hace al éxito del negocio. El profesor White crea un personaje de la nada, que se convierte en una leyenda: Heisenberg. Identificado con un sombrero, anteojos, llega a ser un personaje venerado e idolatrado. Las marcas buscan y las más exitosas con mucho éxito desarrollar una historia paralela a su producto, para nutrirlas del valor emocional adicional adecuado. Y el profesor White lo ha logrado.
Propósito. En la serie Walter White siempre justificó el por qué hacía lo que hacía, por la familia. Salvo en el capítulo final, donde se sinceró y lo justificó porque en el fondo amaba lo que hacía. Los negocios necesitan un propósito más allá del ganar dinero, y cuando ese propósito se entiende bien es el motor ideal para que el negocio prospere.
Equipo. Sin dudas el equipo que hacían Walter y Jesse Pinkman es el eje del éxito. Muy distintos los dos, la química entre ellos era ineludible. Eso nos recuerda que importante que es contar con socios estratégicos adecuados. Solos no podemos ir a ningún lado, pero tampoco podemos avanzar si lo hacemos con gente que no esté en nuestra sintonía.
Estrategia. Por último, estrategia. Walter White pagó caro sus inicios con muchos errores, pero aprendió. Y luego claramente pasó de ser un impulsivo a un estratega. Todas sus movidas futuras estaban muy pensadas desde antes, y en su elaboración consideraba los riesgos a asumir y las dos o tres movidas siguientes que podrían afectar su negocio (y actuaba en consecuencia). Esa segunda etapa como líder del negocio lo muestra como un emprendedor sagaz, estratégico y extremadamente inteligente.
Claramente, un deleite como pasatiempo. Se las recomiendo para que la vean y la disfruten como lo hice yo.