Hace unos meses tenía ante mis ojos un correo electrónico que describía algo que no me gustaba nada y que me invitaba a la reacción rápida y precipitada. Lo pensé y lo pensé, y no moví la pieza que tan tentadoramente se me presentaba por delante. Era seguramente una trampa; ameritaba el dedicar tiempo a pensar las consecuencias de mis diferentes alternativas de acción.
Esto me recordó al ajedrez.
Gambito de dama, una serie famosa de Netflix, es también y toma el nombre de una movida muy conocida en el ajedrez, donde un jugador entrega un peón en la apertura del juego para ganar una ventaja en el desarrollo del juego posterior.
¿Por qué lo menciono?
Porque gambito de dama como otras jugadas son ejemplos de cómo la ciencia del ajedrez obliga a pensar en una relación causa – consecuencia: lo que hago hoy (aún con pérdida) es una apuesta a un beneficio (potencial) futuro.
Como en el ajedrez, el juego del gerenciamiento de los negocios tiene una misma lógica. Lo que se piense y haga hoy tiene siempre consecuencias. Es una condición que te ata y condiciona, porque obliga al replanteo y el repienso constante; pero vale la pena tanta meticulosidad, porque te hace más sabio e inteligente a la hora de actuar y decidir, en un partido largo y complejo como es el de los negocios.
Hacer jaque mate no es casualidad: en el ajedrez y en los negocios.