Siempre está el dilema. ¿Marketing es un arte o una ciencia? ¿Todo es creatividad, imaginación, arte y diseño? ¿Cuánto de científico, de matemático, de cierto tiene el marketing?
La realidad, y lo que lo hace más interesante, es que marketing tiene algo de arte y algo de ciencia.
Tiene una gran cantidad de información dura, cosas para medir, para entender, dimensionar y analizar. Sobre la base de evidencia empírica, de información, de datos, se puede estudiar, comprender y defiinir muchas acciones concretas. Los números son aliados y los resultados de lo que hacemos, medible y defendible.
Pero también es arte. Se requiere el lado artístico para inspirar, desafiar y conectar. Es la parte artística la que moviliza, la que sorprende. La que trata con las emociones, con los desafíos, con lo nuevo y distinto.
Marketing es entonces difícil de encasillar en alguno. Son los hemisferios trabajando en pleno. Lo que define lo lindo, atrapante y divertida de la tarea.