La publicidad ha apelado tradicionalmente a distintos íconos históricos para promocionar sus productos. Los ejemplos que les copio a continuación han utilizado la figura de Hitler para, siempre jugando con el absurdo, llamar la atención.
¿Es recomendable la utilización de personajes tan controversiales? ¿Ayudan o no ayudan a las marcas? ¿Existe un límite que no se debe cruzar?
Creo que hay historias y personajes del pasado que no pueden ser utilizados de ninguna manera. Llamémoslo moral, ética o simple sentido común, pero el uso de Hitler para la publicidad es seguramente atravesar un límite muy delicado y no recomendable.
Hace muy poco tiempo en Turquía se utilizó la imagen de Hitler para promocionar un shampoo. Fue fuertemente resistida y finalmente la pauta fue cancelada.