Los premios OSCAR se han erigido en el último tiempo como el segundo lugar en importancia (luego del SuperBowl) para que las empresas y marcas del mercado americano muestren sus mejores galas y nos deleiten con un competitivo bagaje de las publicidades más creativas. Se pagan cifras millonarias por el segundo de pauta, muy lejos de los precios astronómicos del SuperBowl, pero igualmente altos, y con producciones de prestigio y muy competitivas, que se replican luego en los distintos medios sociales (esencialmente YouTube).
De las del 24 de febrero, les copio dos que me parecieron muy destacadas y que me encantaron y por sobretodo porque refuerzan un concepto básico en la publicidad. Véanlas y luego me dicen:
McDonalds. “Lucky Penny”
Diet Coke . “Gardener”
¿Qué tienen en común ambas? Que las dos publicidades cuentan HISTORIAS. Uno de los ejes atractivos de las publicidades que más llegan e impactan a la gente, son aquellas que, con la excusa de darle notoriedad a una marca, se acercan al consumidor contándole una historia, con inicio, desarrollo, alguna vuelta de tuerca y final feliz (todo en pocos segundos). No cualquier historia, sino una historia interesante, atractiva, y por sobre todo, muy bien filmada e interpretada. Algo básico en la escuela de las publicidades, “historias que conecten con la gente”, pero muchas veces olvidado.
El ver estas historias en la reciente entrega de los Oscar nos recuerda que todavía este principio sigue vigente, por suerte.