Sabemos que en el marketing y la comunicación, lo importante es “llamar la atención” y lograr que el consumidor nos dedique un poco de su valioso tiempo. En ese cometido, recurrir a los sentimientos es un camino bien probado.
Ahora, ¿cómo impactar? ¿Todo vale?¿Hay algún límite?
En UK el Departamento de Transporte lanzó una campaña a favor de la seguridad vial. Se instaló un espejo falso en el baño público de un pub, que hacía las veces de parabrisas de un automóvil y buscando recrear un accidente de auto.
Vean este video:
El susto está. Se puede ver fácilmente. ¿Pero esa es la forma? Sin dudas es un camino. Y también que en algunos asuntos, el mensaje racional o de bajo impacto tiene poca repercusión. Es cierto que del impacto al miedo real hay un camino, que hay que tratar de no atravesar… pero también es cierto que muchas veces (como en este caso) la concientización de temas realmente graves pueden abrir permisos distintos que los productos más comerciales. Para reflexionar.
En la misma línea, les copio una idea similar llevada a cabo por MINI en México, apuntando a la mujer y la concientización del No uso del maquillaje mientras manejan