Nelson Mandela es de aquellas personas que superan mi capacidad de asombro. Es para mí muy difícil de entender que una persona que pasó 27 años en prisión, por razones totalmente injustas y viviendo en una celda totalmente denigrante, pueda al salir no tener rencores (o no demostrarlos) y llegar a ser presidente de ese país que lo condenó tanto tiempo y tener la grandeza de hacerlo sin odios. Maravillosamente inexplicable.
Para entender a Mandela como ejemplo de líder, les comparto este resumen de sus principales características, que me encantó para compartir.
1. Empatía para conectar.
La verdad es que era bien conocida la capacidad del ex presidente sudafricano de recordar los nombres de todas las personas que conocía y que tenía que conocer. Sin duda, siempre es un plus añadido saber hacer sentir importante a la persona que se tiene en frente.
2. Inmensa paciencia.
Mandela supo rebelarse contra la tiranía y soportar los casi 30 años de encierro con paciencia y a su liberación era consciente de que quedaba mucho camino por recorrer para acabar con la división racial. Cinco años después, se convirtió en presidente.
3. Capacidad para perdonar
Cuando salió elegido presidente de la nación, fue sabio al saber perdonar a aquellos que le habían encerrado. Se rodeó, sin resentimiento alguno y con máximo respeto, de colaboradores que habían trabajado con el anterior gobierno.
4. Mandato con caducidad.
Nada más salir elegido presidente, le puso fecha al momento de su salida. Un mandato de cinco años y nada más. Un líder tiene que saber cuándo irse, seguramente para poder hacerlo por la puerta grande.
5. Cautela y generosidad.
Fue siempre cauteloso y respetuoso con los afrikáner, los seguidores del gobierno anterior. Siempre tuvo cuidado con los cambios, sobre todo en lo que respecta a la modificación de símbolos, monumentos y nombres de calles del anterior régimen. Evitando humillar a sus compatriotas blancos.
6. Un gran visionario.
Supo aprovechar un momento clave en su mandato para unir a negros y blancos del país: el campeonato del mundo de rugby, el deporte de los blancos, en el 1995. Fue consciente del potencial unificador y patriótico que genera el deporte. Y consiguió que los negros, que rechazaban el rugby por ser el deporte de los enemigos, apoyaran al equipo nacional, los Springboks.
7. Seductor nato.
Todos los que le conocían caían rendidos ante sus encantos. Es algo habitual entre los grandes líderes. Mandela sabía tratar a todo el mundo, al margen del estatus social que tuvieran.
8. Habilidad para negociar.
El deseo de alcanzar acuerdos que satisfagan a todas las partes tiene que ser innato de un líder. Siempre hay que tener muy presente que para que todos salgan ganando, todos tienen que ceder. Además, el líder tiene que saber trabajar en equipo, y nunca querer todo el protagonismo.
9. Ejemplo y constancia.
Quienes le conocieron decía que no tenía dobleces; se presentaba como un hombre íntegro que tenía los objetivos claros. Uno de los periodistas que más tiempo pasó con él, John Carlin, corresponsal de The Independent en Sudáfica, cuenta que sacaba tiempo para asistir a la fiesta de cumpleaños de un viejo camarada en un momento en el que sus obligaciones en la presidencia acaparaban todos los minutos del día
Les dejo un video sobre Mandela relacionado con el tema y donde habla particularmente John Carlin, el periodista mencionado antes.
Interesante, ¿no? Seguramente un caso único, pero muchas de las cosas que parecieron naturales en él son para entender, reflexionar y si se puede, asimilar.