El marketing se ufana de conocer al consumidor como nadie. Es su gran pilar, su estandarte, su ave insignia, su diferencial por el cual las empresas apuestan por el marketing y donde de verdad se agrega valor del bueno. Pocas áreas tienen al consumidor entre ceja y ceja: marketing lo tiene en forma permanente.
Ahora bien, ¿Qué quiere decir conocer al consumidor? ¿Es trazar segmentos y clasificarlos en “ABC1, C2 .”.. caracterizaciones utiles pero tal vez insuficientes? ¿O es ir más allá? Podemos y debemos recurrir a las investigaciones de mercado o darnos vuelta e invocarnos a los famosos “datos”: pero no es la única fuente de inspiración.
Si alguien sabía de marketing, era Quino (autor de Mafalda). El retrato definitivo de la clase media argentina de hace unos años encuentra en la tira de Mafalda una descripción honesta, genuina, profunda y gran reflejo de su realidad.
Presentando perfiles que son buenos modelos donde verse reflejado, la pluma de Quino describía gente conviviendo con sus miserias y valores, con sus simplezas y complejidades, con sus disputas y logros, y con sus grandes ambiciones y sus chaturas e imposibilidades bien vigentes. Un gran manual de sociología y de marketing de las personas ,enmarcado en páginas de humor.
Ese saber de la gente con la profundidad necesaria y la indagación tan adentro para desentrañar los porque es uno de los grandes aciertos de Quino en general y en Mafalda en particular.
¡Cuántos Quino le harían falta al verdadero marketing! Lo vamos a extrañar.